Son formaciones intensivas y específicas orientadas a las necesidades, sobre todo, de las empresas tecnológicas. Los bootcamps reciben su nombre de los entrenamientos deportivos de alta intensidad de los militares en cortos períodos de tiempo antes de convertirlos oficialmente en soldados. Se rigen por el lema “learning by doing” y condensan en pocos meses lo que tradicionalmente se tardaría más en aprender.
La tecnología avanza con mayor velocidad que los currículos formativos, y las empresas, sumergidas en la digitalización o en la necesidad de actualización constante, tienen dificultades a la hora de encontrar a trabajadoras y trabajadores cualificados en algunas competencias concretas. De hecho, existe una preocupación generalizada en el sector TIC porque muchos puestos se quedan sin cubrir por la falta de personas con la cualificación requerida.
Por eso desde hace unos años han proliferado los bootcamps. No están reconocidos como formación oficial, pero tienen una tasa de empleabilidad bastante alta, ya que cubren justo lo que reclaman las empresas. Su objetivo es que los participantes puedan acceder o se reincorporen rápidamente al mundo laboral para cubrir la increíble demanda que existe en el sector.