Una persona que ocupa un rol de liderazgo debe saber delegar, comunicar y guiar de forma efectiva. Pero no siempre es fácil. Muchos/as jefes/as siguen optando por un control excesivo de las tareas y responsabilidades de sus personas subordinadas. Este tipo de gestión de los equipos se conoce como microgestión o micromanagement y es un lastre para la eficacia del propio liderazgo y del conjunto del grupo de trabajo.
Lo cierto es que este tipo de gestión, que nace de la desconfianza hacia las personas colaboradoras, no es algo nuevo. Sin embargo, los expertos apuntan a que va a ser más ineficiente que nunca con los modelos de trabajo que han surgido a raíz de la pandemia de la Covid-19, que obligan a las organizaciones a optar por liderazgos mucho más flexibles y ágiles.
¿Qué es la microgestión? Tal y como se afirma en el diccionario Merriam-Webster, consiste en “dirigir controlando en exceso o poniendo demasiada atención en los detalles”. Es decir, “cuando el jefe o la jefa dicta las tareas a realizar, se convierte en un/a microgestor/a”.