Con el término escaleras mecánicas de cristal hacemos referencia al fenómeno por el cual los hombres logran la mayor parte de las posiciones directivas también en sectores tradicionalmente feminizados como el turismo, la atención sanitaria, la educación y el trabajo social. Es, por lo tanto, un fenómeno de desigualdad de género. Se alude a esta promoción rápida, desigual y desproporcionada con la metáfora de las escaleras mecánicas.
El término también es una alusión inversa al conocido fenómeno del techo de cristal, la barrera invisible con la que se topan las mujeres a la hora de ascender a los cargos de más responsabilidad. El término fue acuñado por Christine L. Williams en un artículo pionero de 1992 titulado The Glass Escalator: Hidden Advantages for Men in the “Female” Professions.
Estamos ante un fenómeno de segregación vertical (presencia de mujeres directivas) añadida a una segregación horizontal (quién trabaja en cada sector).