Las redes sociales corporativas son una evolución de las intranets que permite organizar la comunicación y la circulación de la información a partir de la aplicación de herramientas de compartición y colaboración inspiradas en las disponibles en las populares redes sociales, si bien con el acceso restringido sólo para personas empleadas y otros stakeholders de la organización.
La implantación de una red social corporativa supone un cambio cultural importante: dejar de considerar la información como un activo que confiere poder a quien la controla y pasar a considerarla como un activo que rehúye el estancamiento y que sólo tiene sentido en tanto que circula y se conforma de manera colectiva. Este tipo de redes no sólo permiten compartir el conocimiento e identificar talento dentro de la organización, sino que sirve para mejorar las relaciones y para promover la innovación.