Getting Things Done (GTD) es una metodología de productividad personal ideada por el consultor David Allen basada en un procesamiento altamente estructurado de las tareas a realizar para conseguir un flujo de trabajo donde predominen las sensaciones de control y perspectiva por encima de las de estrés.
El principio es descargar la mente consciente del peso de las tareas a realizar haciendo un vaciado en forma de registro externo. De esta manera, la mente queda liberada de funciones de almacenamiento y puede dedicarse a ordenar, priorizar las tareas a realizar de una manera objetiva y realizarlas sin perder la concentración.
El enfoque de la GTD, a diferencia de metodologías que comienzan por la definición de objetivos a medio y largo plazo, es de abajo a arriba, del micro al macro. La siguiente tarea resoluble con una acción concreta es priorizada, los proyectos surgen de agrupaciones de tareas concretas y los objetivos de la agrupación de proyectos.