La empresa es un lugar en el que ponemos en práctica una manera de comportarnos. Ésta es la base de nuestra capacidad de aportar resultados. Por esto hemos de conocer qué se esconde detrás de nuestras conductas y las de los demás para comprenderlas.
El primer elemento que determina el comportamiento son las emociones que sentimos. El segundo, las creencias que hemos construido para interpretar el mundo en el que vivimos. La manera en la que gestionamos ambos elementos es el paso inicial para desarrollar nuestra Inteligencia emocional reforzando así nuestras competencias profesionales.
A partir de ahí actuamos desde una forma particular de relacionarnos, ejerciendo un determinado nivel de impacto e influencia que disminuye o amplia nuestras posibilidades de lograr nuestros objetivos en la interrelación con los demás. En esa interrelación debemos mejorar nuestro nivel de comunicación y asertividad, y gestionar así nuestras agendas de una manera proactiva y flexible mejorando nuestra productividad.
El trabajo en equipo se da cuando las personas se articulan alrededor de un objetivo común con verdadero significado para todos. Solo así surge el compromiso y la convicción de trabajar para un@ mism@ y para los demás creando valor.
Y es responsabilidad de cualquier persona directiva conseguir este auténtico trabajo en equipo. En eso consiste el arte de dirigir, y es lo que vamos a tratar en este programa.