Es cada vez más habitual que los empleados cuenten con canales anónimos online, como Glassdoor, para dar su opinión acerca de la gestión de la organización en la que trabajan. Para Fast Company, las críticas feroces no son un plato del agrado de nadie pero, bien gestionadas y empezando a practicar el perdón y la empatía, pueden ayudar a mejorar el liderazgo y la cultura corporativa.
Los sistemas de medición de la satisfacción del usuario están en auge. Este ‘boom’ afecta a las condiciones laborales de quien trabaja de cara al público. Así pues, es habitual que los profesionales de distintos sectores pecisen una puntuación alta para recibir incentivos o mantener el empleo. Como conseqüencia, aumenta la necesidad permanente de agradar, que a menudo deriva en situaciones de estrés y un empeoramiento de las situaciones laborales.
¿Cómo se deberán gestionar el desempeño y la compensación en el futuro? El experto Josh Bersin recuerda en Human Resource Executive Magazine que el liderazgo ya no tiene que ver solamente con establecer metas y otorgar responsabilidades. Los managers ahora también deben saber escuchar, formar, asesorar, conectar y servir como gestores de carrera para las personas que les rodean.
Cuando llegan las evaluaciones de los trabajadores a menudo se hace pesado recordar todo lo que ha pasado durante el año. El peso de las decisiones caerá seguramente en sus resultados más recientes. Esto puede dar un resultado que no se ajuste exactamente a la realidad global. Para resolver este handicap, PCAS ha desarrollado una herramienta web con el propósito de que jefes, responsables de equipos y trabajadores puedan hacer evaluaciones sencillas y constantes de pequeños ítems que valoren el trabajo diario.
Es de lo más habitual que las empresas planteen encuestas a sus clientes o usuarios para evaluar sus servicios o la atención recibida. Financial Times, sin embargo, se plantea si no se habían superado ya determinados sistemas anticuados y simples que podían conducir a la discriminación y al sesgo pero que ahora, con la economía colaborativa, resurgen a golpe de clic.
Desde mi experiencia con múltiples organizaciones, el proceso de Evaluación del Desempeño “clásico”, ha quedado caduco e insuficiente para ayudar a las organizaciones a responder a las necesidades o expectativas que tienen los profesionales de ser competitivos en el entorno actual.
La transformación digital obliga a las empresas a cambiar muchas de sus prácticas. El objetivo principal es aumentar la productividad. Sin embargo, ya en 1987, el premio Nobel de economía Robert Solow dijo que “se pueden ver ordenadores en todas partes, excepto en las estadísticas sobre productividad”. En este sentido, la Industria 4.0 todavía no ha respetado sus promesas, pero sí han aumentado mucho las posibilidades para las empresas de controlar a sus trabajadores.
La mayoría de las empresas elabora cada año un Plan de Formación pero muy pocas tienen desarrollados indicadores para medir su impacto en los resultados. Las que cuentan con indicadores casi siempre controlan el número de horas de formación, pero no tanto cómo impacta, por ejemplo, en la rotación de personal. Del mismo modo, la formación en idiomas se suele considerar un beneficio social en vez de una inversión productiva.
Las empresas invierten gran cantidad de horas en la evaluación del rendimiento de sus empleados con el fin de otorgarles un feedback que les ayude a desarrollarse profesionalmente. Pero, ¿sirve de algo esta gran inversión de tiempo a escala anual? Fast Company habla de los orígenes y de la evolución de las conocidas (y temidas) evaluaciones de desempeño, y opina que, lejos de motivar, si son mal conducidas pueden lograr el efecto contrario.
¿Por qué las nuevas tecnologías digitales no han transformado aún la formación con la intensidad que muchas personas auguraban? Los autores de este libro, Jesús Martínez Marín y José Luis Muñoz Moreno, nos dan algunas claves para reflexionar sobre ello. Las nuevas tecnologías no son una varita mágica y menos si se insertan en un entorno organizativo marcado por los hábitos y la concepción tradicional de aprendizaje.
El sistema ‘Up or Out’ (Arriba o Fuera), de moda desde los años ochenta del siglo pasado como modelo de gestión de Recursos Humanos, queda obsoleto al no servir para retener el talento. La práctica consiste básicamente en que los empleados sean sometidos a revisiones periódicas de su estatus dentro de la propia empresa. Si, pasadas unas de esas revisiones, se estima que el trabajador no merece un ascenso, se le invita a abandonar la corporación.
¿Eres un/a directivo/a digital o solo crees que lo eres? La Fundació Factor Humà colaboró en 2017 con EADA en el II Informe Nivel Digital Directivo, con resultados sorprendentes. Ahora, volvemos a ser colaboradores en la difusión del III Informe para evaluar los avances en estas habilidades digitales. Dedica unos minutos a responder la encuesta y recibirás el informe completo tras su presentación.
Al hablar de la necesidad de una actualización de la matriz de talento, hacemos referencia a desarrollos y tendencias recientes que ponen en cuestión el modelo de identificación y gestión del talento basado en la vinculación entre hard skills y talento potencial. Estas nuevas tendencias propugnan modelos más flexibles, más relacionales y vinculados a soft skills y de una periodicidad de actualización más continua.
La evaluación del desempeño y el esquema de retribución variable, ¿son las dos caras de una misma moneda o deben ser procesos independientes?; dicho de otro modo: ¿estamos frente a dos procesos vinculados entre sí o, por el contrario, son independientes? Son muchas las empresas que vinculan el desempeño con la compensación. Esto puede ser eficiente para los cuadros profesionales con derecho a bono, pero ¿lo es también para los perfiles administrativos?
La gestión del talento, quizá por la enorme trascendencia que tiene en la empresa, no es un tema sencillo ni tampoco fácil. No resulta sencillo porque entran en juego muchos elementos; y no es fácil porque, su buena ejecución es todavía más complicada.
Bajo el nombre de nuevos sistemas de evaluación englobamos diversos desarrollos y tendencias recientes que ponen en cuestión el modelo de evaluación del desempeño basado en entrevistas formales y fijación de objetivos anuales.
He llegado a ver hojas de Excel que son verdaderas obras de arte. En esas hojas de cálculo se tienen en cuenta objetivos de compañía, objetivos de área, objetivos de equipo, objetivos personales, valoraciones 360, valoraciones cualitativas y cuantitativas, cada variable con sus distintas puntuaciones, pesos y porcentajes. Demasiado complejo, demasiado opaco, demasiado difícil de entender. Tiene que haber otra manera…
El 'feedback' de los jefes sobre nuestros puntos débiles y fuertes es básico para el desarrollo profesional, por eso los trabajadores piden cada vez más su valoración. Además, en muchas compañías la retroalimentación sólo se aborda cada 6 o 12 meses, cuando llega el momento formal de la evaluación del desempeño, pero para los expertos eso es demasiado tiempo.
La necesidad de un feedback más rápido es solo una de las razones por las que la tradicional evaluación del desempeño está perdiendo popularidad. Pero, ¿qué nuevo sistema ha ocupado su lugar y qué ofrece? La publicación británica People Management magazine examina la experiencia actual de varias empresas y recoge la opinión de expertos sobre unos sistemas mucho más continuos y flexibles.
Conseguir que el desarrollo de las personas se incorpore como una prioridad en la función directiva es, dicen los autores de este libro, una necesidad y un reto. De ahí, señalan, la necesidad de valorar la competencia de los profesionales con que nos relacionamos y la utilidad de la evaluación del desempeño. Creen necesario para ello un modelo flexible y dinámico –proponen el DCM– que estructure y oriente esa evaluación a través de un proceso de gestión del desempeño que facilite la mejora continua de los profesionales.
Los sistemas de medición del desempeño de los trabajadores muchas veces no son los más adecuados por la falta de periodicidad y de preparación específica. Por ello, algunas empresas están apostando por nuevas fórmulas como la evaluación continua, un sistema mucho más flexible y dinámico que permite a los profesionales tener claro qué se espera de ellos y cómo desarrollar sus roles en el día a día.
A inicios de 2015, Stacia Sherman Garr, publicó un interesante debate a través de LinkedIn sobre lo que denominaba “Competencias Zombie”, refiriéndose a Programas de Gestión por Competencias que entran en desuso. El autor analiza cómo identificar si el programa de gestión por Competencias de una empresa tiene síntomas de ‘muerte lenta’ y propone una nueva perspectiva que permite la identificación, medición y desarrollo de competencias centradas en procesos y capacidades por medio de “contribuciones individuales laborales de las personas a los procesos del negocio, generadoras de valor agregado”.
La evaluación anual es el momento clave para estar seguro de que tu trabajo está bien hecho. Sin embargo, sólo el 36% de las empresas en Europa confía en su eficacia. Los responsables de Recursos Humanos coinciden en que una herramienta que valore al empleado es necesaria, pero creen que hay que evitar que se convierta en algo rutinario y demostrar que sirve para mejorar el rendimiento.
Compañías como Amazon han establecido canales a través de los que los trabajadores pueden aportar 'feedback' anónimo sobre sus colegas. Los superiores toman éstos y otros datos para su evaluación final.
La gestión por objetivos está de vuelta, con sus defectos supuestamente corregidos. A partir de un provocativo título, The Economist propugna en este artículo un nuevo estilo más colaborativo y transparente de fijación de objetivos y de evaluación del rendimiento que ya están utilizando algunas destacadas compañías de Silicon Valley. Entre otras cosas se recomienda sustituir el seguimiento anual por uno en tiempo real aprovechando las nuevas tecnologías.
Esta norma ISO describe el proceso de evaluación de personas, grupos y organizaciones en contextos laborales desde una perspectiva basada en evidencias, medible y aplicable a nivel internacional. En teoría, la implantación de la norma no debería ser complicada, pero antes y durante el proceso surgen muchos interrogantes.
La formación es un área de inversión prioritaria para el desarrollo y la innovación de las organizaciones en un contexto de crisis. Pero, ¿cómo podemos saber si la formación genera resultados en las organizaciones? ¿Cuáles son los factores que favorecen la aplicación de los aprendizajes en el trabajo? El modelo FET responde a estas preguntas.
Establecer el cumplimiento de unos objetivos concretos es uno de los grandes retos que tiene por delante la Administración Pública para pagar una retribución variable a quien más aporte en su trabajo.
Aumentan las empresas que utilizan el código de conducta interno para despedir de forma procedente, sobre todo a directivos y cuadros tras detectarles infracciones al mismo. La dirección puede señalar a alguien y después buscar infracciones. Sí, hay arbitrariedad.
El ‘reporting integrado’ es la tarjeta de visita imprescindible para toda compañía que compite en el mundo. La práctica busca alinear la información relevante sobre la estrategia de la organización, su sistema de gobierno, el desempeño y las perspectivas futuras, de forma tal que refleje los impactos económicos, ambientales y sociales que tiene la compañía sobre el entorno en el cual opera.