¿Cada mañana lo primero que hace al llegar a su puesto de trabajo es dirigirse a la máquina del café para escuchar lo que se dice sobre la marcha de la compañía? Los rumores se extienden como los virus, provocan malestar y causan daños económicos.
El esfuerzo discrecional, el resultante de restar la cantidad máxima de esfuerzo posible menos el que resulta imprescindible para mantener un empleo, es algo que reprimimos a menos que nos sintamos realmente motivados a dar más. ¿Cómo lo podemos promover?
En el actual sistema de mercado, dirigir a un grupo de colaboradores para que cumplan los objetivos fijados se ha convertido en un reto de altura. Sin embargo, el 36% de los jefes españoles son considerados "tóxicos" por sus colaboradores.
Los universitarios no confían demasiado en los empresarios, militares, dirigentes políticos y religiosos. Estos grupos obtienen los peores niveles de confianza, frente a los científicos, médicos, ingenieros o maestros, que son los más valorados.
A la empresa no le queda otra vía que creer en su gente y gestionar bien el talento que tiene entre manos si no quiere caer en picado. Es cuestión de sentido común... y de tiempo; el que tarde el conocimiento en imponerse.
Los silencios del jefe son un mecanismo de conducta que quebranta la eficacia del equipo. Todavía se están diseñando modelos de liderazgo basados no en la autoridad ética, sino en el miedo. ¿A qué teme quien implanta la cultura del miedo en una empresa?
Las empresas ancladas en el miedo son fáciles de detectar porque tienen un estilo de liderazgo coercitivo, de ordeno y mando, en ellas se promociona a profesionales cuyo valor principal sólo radica en no oponerse a la dirección.
Cuando EasyJet inició su aventura empresarial en el año 1995 su personal se sentía entusiasta pero existía la preocupación que las presiones por el crecimiento progresivo de la compañía podría impedir el mantenimiento de esta positiva atmósfera inicial.
¿Es posible alcanzar un juicio acertado sobre la opinión que los jefes tienen sobre sus equipos? ¿Hay algún sistema para adelantarse a sus críticas, y más cuando las causas que las provocan pueden conducir al ostracismo o a perder el empleo?
Las organizaciones horizontales son posibles desde una confianza interpersonal alta, fomentándola a su vez. Las organizaciones de cúspides remotas y jerárquicas tienden a destruir la confianza, es decir, que activan más fácilmente la desconfianza.
Una tónica general de las compañías españolas es recortar la formación en época de ‘vacas flacas’. Los anglosajones, en cambio, invierten en el desarrollo de su gente para salir de las crisis.
Actualmente, la fuerza de trabajo se siente temerosa y escéptica y esconde lo que piensa. Antes de preocuparse por sus organizaciones, los trabajadores quieren sentir que éstas se preocupan por ellos. La comunicación abierta es crucial para demostrarlo.
El perfil de las empresas que acuden a agencias de investigación es amplio. En ocasiones se trata de multinacionales interesadas en investigar a algún ejecutivo. Otras son pymes que buscan confirmar sospechas sobre algún trabajador.
Manuel Pimentel: "La confianza generada por sistemas sociales interrelacionados es una riqueza para cualquier sociedad. La confianza es condición indispensable para la convivencia y para los negocios. ¿Hemos pensado hasta qué punto dependemos de ella?"
Delegar es una de las tareas más arriesgadas que hacemos porque significa renunciar al control y, en su lugar, confiar en otro individuo para que lleve a cabo nuestra tarea. Pero a pesar del riesgo, la delegación es vital para tener éxito como directivo.
El sistema de premio y castigo es preferido al que implica la participación del subordinado. Nuestros líderes, en general, aún no tienen suficiente sensibilidad sobre lo que se puede obtener de la gente.
En los tiempos que corren no se puede trabajar sin la cohesión del grupo. Se tiene que ganar la voluntad de las personas. O las conoces o no hay futuro.
La tercera parte de los directivos no considera importante tener buenas relaciones en la empresa. Un 37% reconoce que a menudo no recibe ayuda de otros ejecutivos.
Cualquier organización es compleja y cambiante y, para poder superar los retos a los que se enfrenta, requiere de un liderazgo capaz de generar confianza y movilizar la energía positiva de las personas y equipos que la conforman.
¿Está su empresa o Ud. mismo preparado para el reto de la gestión basada en la confianza? ¿Son sus directivos capaces de generar entornos laborales basados en el compromiso mutuo? ¿En todas sus interacciones con los clientes el enfoques es ganar-ganar?
En la mayoría de las empresas encontramos ese empleado o colaborador que estaría dispuesto a casi cualquier cosa, personal o profesional, si su jefe se lo pidiera. Crece a la sombra del jefe, y sin él no existiría. Pero... ¡cuidado!
La inestabilidad económica y algunos escándalos en equipos directivos son los factores que explican el cinismo y la desconfianza de los empresarios y altos directivos hacia sus empleados.
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