Un informe realizado por la UOC revela que casi tres de cada diez graduados universitarios menores de 30 años (28%) tienen una formación superior al puesto de trabajo que ocupan en el mercado laboral catalán tres años después de acabar sus estudios, el 35% tiene un contrato temporal y el 49% ha conseguido un trabajo estable adecuado a su nivel de estudios.
Las mujeres estudian tanto o más que los hombres y acceden en masa al mercado laboral pero, cuando nacen los niños, la frágil igualdad se quiebra y el país se resiente. La desventajosa suma de los factores políticos, empresariales y domésticos hace que a menudo no sea el empresario el que discrimine a la mujer, sino que ellas mismas se autoexcluyen.
La población activa en España sufre un grado muy elevado de polarización entre una franja con estudios bajos y otra con una preparación universitaria. Según Pimec, las compañías necesitan un 16% más de perfiles intermedios. Y este desajuste del sistema formativo provoca un exceso de un 13% de universitarios, que acaban trabajando en puestos que requieren menos cualificación.
Un informe de CCOO alerta de la fragilidad, la precariedad y la poca cualificación de la ocupación generada en 2015 en Cataluña. Sin embargo, un 57,5% de los parados que ocuparon esos nuevos puestos de trabajo tienen un perfil profesional medio o alto. Concretamente, un 34,5% eran titulados universitarios.
Hay futuro, pero solo si se está formado. Los jóvenes con estudios serán los que tengan mayores oportunidades laborales. El relevo generacional contribuirá a ello: en los próximos diez años se quedarán vacantes 7,6 millones de puestos laborales debido a las jubilaciones. Pero la mayoría, el 60%, será para trabajadores con titulación universitaria o en Formación Profesional superior, mientras que las opciones para los niveles educativos inferiores no llegarán al 2%.
The Economist publicó en octubre de 2014 este amplio informe sobre la tercera gran ola de innovación digital en la que estamos viviendo. Las dos primeras revoluciones industriales se cobraron sus víctimas pero en última instancia mejoraron enormemente la vida de muchas personas y crearon gran cantidad de nuevas oportunidades. La revolución digital, sin embargo, aún no está claro si será capaz de crear nuevas ocupaciones a un ritmo que compense la destrucción de empleo.
Un anuncio publicado recientemente anunciaba que buscaba un repartidor de Bollería. Sin embargo, uno de los requisitos era tener la licenciatura de Empresariales y aceptar empezar el turno a las 4 de la mañana. Antes de ser retirado ya había recibido 600 solicitudes.
Millones de estudiantes en Europa y Estados Unidos hacen prácticas sin cobrar nada, mientras crece el desempleo juvenil en países como EEUU o Países Bajos, donde antes había pleno empleo juvenil. Incluso organizaciones como la revista Vogue o el partido Conservador británico subastan la posibilidad de hacer prácticas. Una semana con la editora de la revista de moda, Anna Wintour, costó 42.500 dólares en 2010.
Crece el número de personas que esconde sus titulaciones y la experiencia profesional para poder acceder a empleos de menor cualificación. Los trabajadores sobrecualificados se pueden quemar y buscar otros trabajos, pero son productivos y pueden generar oportunidades de futuro a la empresa.
Rafael Sánchez Ferlosio, escritor: "Ojeemos a voleo las páginas amarillas de la guía de teléfonos. A ver... aquí: “COMPAÑÍA PARRITA / Venta de automóviles de segunda mano. / ¡Todos nuestros vendedores son licenciados universitarios!”. Al jefe de la compañía [...] nada le importaba de lo que pueda aprenderse en la universidad, pero ha obligado a su empleado a enmarcar su título universitario y a colgarlo en la pared por cima de la silla en que se sienta en su lugar de la oficina."
La competencia por cada oferta registrada en Infojobs se multiplica por dos desde el 2008, según un informe del portal de empleo y Esade. El 78% de los aspirantes a cubrir puestos de baja formación tienen estudios superiores a los exigidos.