Son muchas las organizaciones y trabajadores que han optado por el teletrabajo debido a la pandemia y que, como expone Financial Times, se han visto obligados a cambiar sus costumbres de oficina por su equivalente en el trabajo remoto. Pero ¿cuál de las dos opciones prefieren? ¿Las salas de reuniones o el entorno Zoom? ¿Las chaquetas de trabajo de cintura para arriba y/o los pantalones de chándal de cintura para abajo?
Este año se ha constatado que el groupthink -el fenómeno mediante el cual la toma de decisiones de un grupo se rige por la facilidad de la conformidad- es más común cuando la comunicación se realiza de forma virtual. Fast Company explica una serie de pasos a seguir para que los equipos combatan la complaciencia y la falta de innovación que conlleva ese “pensamiento grupal”.
Xavier Marcet, presidente de la consultora Lead To Change: "Un email normal son unas pocas líneas, pero pensadas. Uno largo son un par de párrafos. Todo lo que va más allá de eso debería considerarse de una excepcionalidad secular. Pero los emails no son el único modo de spam corporativo. Las empresas conviven con un spam interno que a veces les impide una comunicación interna solvente."
Convertir una reunión en una verdadera herramienta de trabajo es un reto que pocos líderes consiguen. Para lograrlo se deben tener en cuenta varios aspectos, como tener una agenda meticulosamente calculada, que el número de asistentes no sea excesivamente grande para que todas las voces puedan ser escuchadas o fomentar un buen ambiente que haga sentir cómodos a los asistentes.
El desarrollo de competencias de comunicación y de relación es muy importante en el ámbito laboral, entre otras cosas, para evitar que un intercambio de opiniones se convierta en un conflicto de consecuencias imprevisibles. Para lograrlo, es conveniente definir cuál es tu objetivo en la discusión, fijarte en los tiempos verbales que se emplean o reconducirla en caso de que se adopte un enfoque que no te interese.
¿Cuántas veces has tenido una conversación que ha acabado en discusión? De la mano de Óscar Fernández Orellana, especialista en habilidades comunicativas, persuasivas y de liderazgo, aprenderemos a controlar una conversación para convertir discusiones en reuniones productivas.
Para muchos profesionales, las reuniones resultan una pérdida de tiempo. Para que una reunión sea productiva y tenga éxito un aspecto clave es el liderazgo efectivo. Además, se recomienda que los asistentes sepan para qué han sido llamados y qué se espera de ellos. El principal objetivo es evitar la desconexión de parte de los convocados, pendientes del móvil, por ejemplo, mientras esperan para hablar de lo suyo y sin hacer caso a lo que exponen otros.
Recibes un correo con fecha y hora, un código de inicio de sesión y una lista de participantes con números de teléfono: ya estás listo para una teleconferencia. Para cuando cuelgues quizá te des cuenta de que ni siquiera sabes quién ha hablado o qué temas se han tratado. Según este provocador artículo de Financial Times, las conferencias telefónicas son una pérdida de tiempo y se reivindican otros métodos de intercambio como las tradicionales cadenas de e-mails.
Tras el éxito de la primera convocatoria, organizamos de nuevo este taller práctico en el que aprenderás cómo argumentar ideas y propuestas de forma precisa. Sabrás cómo presentarlas de forma ordenada y cómo defenderlas ante las réplicas de otras personas. Será en un seminario impartido por Óscar Fernández Orellana, especialista en comunicación persuasiva.
100 trucos para parecer inteligente en reuniones es un entretenido libro ilustrado que nos muestra con bastante humor y mucho sarcasmo qué es lo que realmente pasa en las reuniones en las empresas. Además nos invita a aprovechar algunos trucos para quedar bien durante las mismas y conseguir que te promocionen.
Con este taller práctico aprenderás cómo argumentar ideas y propuestas de forma precisa. Sabrás como presentarlas de forma ordenada y cómo defenderlas ante las réplicas de otras personas. Será en un seminario impartido por Óscar Fernández Orellana, especialista en comunicación persuasiva.
El objetivo de esta sesión, facilitada por el experto Joan Plans, fue dar ideas de aplicación práctica y de mejora de la capacidad para conseguir los resultados deseados en una negociación, dando herramientas y recursos para influir éticamente sobre interlocutores especialmente difíciles, ganar poder cuando el balance es desfavorable y, en definitiva, conseguir los objetivos marcados en una negociación.
Xavier Marcet, Presidente de la Barcelona Drucker Society: "No necesitamos más tiempo reunidos, sino concentración de calidad y líderes que lleven la agilidad a lo más común en una empresa."
¿Qué sentido tiene organizar encuentros cuyo resultado es más que previsible? En el caso de la ronda de consultas de hace unos días de Felipe VI con los representates de las fuerzas políticas, previas a la sesión de investidura, son ineludibles por imperativo legal. Lo grave es que, demasiado a menudo, las reuniones perfectamente prescindibles también ocurren en el mundo de la empresa.
La expresión "no puedo, estoy reunido" es una de las letanías más escuchadas en las empresas. Empleados, jefes intermedios y directivos se ven envueltos en un maratón de encuentros de toda clase y condición: informativos, deliberativos, de toma de decisiones... A menudo se confunde el trabajo en equipo con las reuniones, lo que conlleva a convocar múltiples encuentros muchas veces innecesarios y poco productivos.
Cuando hablamos en público no solamente importa el contenido de aquello que comunicamos, sino que debemos tener en cuenta factores como la respiración, la postura, los gestos y los resortes de nuestra voz. Del manejo correcto de estos elementos dependerá el éxito o fracaso de nuestra intervención.
VoloMetrix, una empresa estadounidense dedicada a crear analíticas de personas en el entorno laboral, ha desarrollado una métrica que mide el tiempo que un individuo demanda de sus colegas a través de emails y de reuniones presenciales. El objetivo es aumentar la productividad y mejorar la gestión de la jornada laboral. Entre otras cosas, sugiere emplear las comidas para solucionar conflictos laborales.
Antes de empezar, hay que aclarar dos confusiones frecuentes sobre Doodle: no forma parte de Google y tampoco es una herramienta para hacer encuestas, o al menos no exactamente. Doodle es una herramienta con una misión clara: facilitar al máximo la organización de reuniones, acontecimientos, cenas con amigos... cualquier actividad que requiera ‘sincronizar’ las agendas de varias personas.
No se trata de dejar de utilizar los medios on line, que ofrecen visibilidad, pero sí de volver a utilizar las técnicas tradicionales y el ‘face to face’, que aumenta las interrelaciones. Las redes ayudan, sobre todo, a quienes se abren camino y no a quienes tienen puertas donde llamar.
Una empresa con cien empleados y un sueldo bruto medio de 40.000 euros derrocha 700.000 euros anuales en reuniones inútiles. Resolver este problema es el primer paso para aumentar la productividad.
Algunas empresas invierten mucho para que sus espacios de trabajo sean más innovadores y modernos, contratando a diseñadores o arquitectos de renombre. Pero según People Management magazine el diseño más efectivo de los entornos de trabajo requiere una mayor implicación por parte de Recursos Humanos, pues son quienes realmente conocen las necesidades de los empleados.
Ser un buen networker vale mucho la pena, profesionalmente hablando, pero requiere de un poco de habilidad y también de un poco de desvergüenza. En un provocativo artículo con motivo del Foro anual de Davos en Suiza, The Economist ofrece una guía casi maquiavélica para sacar el máximo partido del trabajo de hacer contactos.
El walking meeting surge como una novedosa estrategia empresarial, que hace furor en los centros de negocios de medio mundo, y que consiste en celebrar las reuniones de oficina en espacios abiertos; si es posible, verdes y soleados. Estos encuentros forman parte de una corriente de nuevas estrategias que intentan regenerar y humanizar la cultura de la empresa.
La noticia reciente de que la máxima responsable de Yahoo! ha decidido acabar con el teletrabajo en su empresa ha encendido el debate sobre sus ventajas e inconvenientes. Aunque muchos beneficios del trabajo a distancia parecen demostrados, algunos expertos también consideran que puede provocar aislamiento social y afectar negativamente a la creatividad. Ese no es el parecer de Jason Fried, fundador de 37signals: con motivo del debate recuperamos su conferencia TED sobre los problemas que según él ocasiona trabajar en la oficina.
La CEO de Yahoo!, Marissa Mayer, recientemente dio un paso inesperado y muy controvertido para su empresa: ordenó a los teletrabajadores que volviesen a la oficina. La noticia ha vuelto a encender el debate sobre los supuestos efectos positivos de trabajar desde casa. Por este motivo recuperamos una interesante conferencia TED del año 2010 donde Jason Fried defendía justamente la idea contraria a la de Mayer.
Fried, Cofundador de la empresa de aplicaciones web 37signals de Chicago, explica por qué los trabajadores son poco productivos en las oficinas. Según Fried, las organizaciones hacen una mala inversión al gastarse mucho dinero en construir un lugar de trabajo físico. Durante diez años este empresario preguntó a varios trabajadores: "¿Dónde irías si tuvieras que terminar algo importante del trabajo?", y descubrió que la gran mayoría no decían nunca que irían a la oficina. Tal como Fried explica, uno de los grandes problemas que conlleva el trabajo en presencia son las interrupciones constantes. Un ejemplo de ello es que los profesionales de sectores creativos como diseñadores, escritores o ingenieros, suelen trabajar desde casa porque necesitan largos periodos de tiempo sin interrupciones, una tranquilidad que según Fried afirma, es muy difícil de encontrar en muchas organizaciones.Fried es gerente de su empresa pero no tiene problemas en reconocer que los principales responsables de dichas interrupciones son los directivos. Habla de los M&M (Managers & Meetings), de los jefes y de las reuniones, como los principales elementos causantes de la pérdida de tiempo en la oficina; cosas que no hay fuera y, según él, una buena razón por la que la gente es más productiva desde cualquier otro lugar. Apunta que una reunión de una hora con 10 asistentes son 10 horas de trabajo productivo perdidas, cuando la mayoría de reuniones se podrían hacer solamente con 2 o 3 personas.
Fried hace un paralelismo muy interesante entre el trabajo y el descanso. Según explica, las horas del sueño pasan por varias fases y, para llegar a las fases más profundas y reparadoras, primero hay que pasar por las superficiales. Pero si se interrumpe el sueño y nos despertamos tenemos que volver a empezar el proceso desde el principio, no podemos continuar desde donde lo habíamos dejado. Así pues, con el trabajo pasaría algo parecido: no es posible llevar a cabo un trabajo muy profundo ni completo con interrupciones constantes por culpa de reuniones innecesarias o de jefes pesados.Las visiones de Mayer y la de Fried ejemplifican dos visiones sobre el teletrabajo o trabajo flexible que conviven actualmente. Los detractores de estas formas de organización apuntan que trabajar desde casa puede producir aislamiento social y dificultades para separar la vida profesional de la personal. También consideran que puede afectar negativamente a la creatividad y al compromiso de los trabajadores con la empresa. Es el caso de Marissa Mayer, que para justificar su decisión afirmó que algunas de las mejores ideas surgen de las discusiones de cafetería con los compañeros, de conocer a gente nueva y de las reuniones improvisadas. “Tenemos que ser un solo Yahoo!, y eso empieza por estar físicamente juntos”, afirmó.
Por otro lado, los efectos positivos del teletrabajo en la productividad parecen haber sido comprobados por estudios como el de la Stanford University que indica que los trabajadores desde casa son un 13% más productivos y muestran un mayor grado de satisfacción. Contra el argumento de algunos directivos que defienden que en casa hay más distracciones que en la oficina, Fried explica que las distracciones en el hogar son voluntarias y que, por tanto, cada trabajador puede gestionarlas en su favor, creando una estrategia de trabajo/descanso. Mientras que, en cambio, las distracciones en el trabajo son externas, no son planeadas y por lo tanto no se pueden evitar.De todos modos, cabe destacar que estos dos modelos de organización no son excluyentes entre sí. Muchas organizaciones dan valor a los avances tecnológicos y a la flexibilidad sin dejar de lado completamente el trabajo presencial. El debate por ahora sigue abierto. Quizás los futuros resultados de Yahoo! tras su repentino cambio de modelo organizativo aporten luz a la cuestión.
Acceso a la conferencia de Jason Fried en la página web de TED (con subtítulos en castellano): http://www.ted.com/talks/jason_fried_why_work_doesn_t_happen_at_work.html{iarelatednews articleid="10193,10338,10428,10978"}
La mayoría de los profesionales siente pereza ante estas convocatorias, porque con frecuencia son improductivas. Para tener juntas efectivas debes contar sólo con los participantes más adecuados y predispuestos, definir bien el tema a tratar y realizar luego un seguimiento.
Cada vez que hay un asunto que tratar se convoca una reunión. Esta práctica tan extendida en las organizaciones es, en ocasiones, contraproducente: no se llega a ningún acuerdo, no se toman decisiones o los participantes no aportan su punto de vista. Es decir, se sale de la sala de juntas igual que se ha entrado: sin nada decidido ni concreto. Éstas son algunas claves para que una reunión tenga efecto.
Un exempleado de Microsoft ha criticado duramente la cultura organizativa de la empresa en un artículo en TechCrunch. Denuncia que no hay creatividad, que los empleados pasan la mayor parte de su tiempo en reuniones improductivas y que a la empresa le da igual porque ya tiene muchas acciones y beneficios.
El contexto actual donde la prisa forma parte de nuestro día a día, nos lleva a dejar de lado algo tan fundamental como son las conversaciones. Este libro de Álvaro González-Alorda pretende hacernos reflexionar sobre nuestras actitudes y habilidades a la hora de conversar y nos incita a no dejarlas de lado, especialmente en el mundo laboral.
Las comidas de negocios son muy habituales en España, pero tienen sus propias reglas de juego que hay que respetar. Un almuerzo con jefes o clientes también es una reunión: se debe mantener la actitud profesional siempre.
Las reuniones de evaluación tienen un objetivo claro: dar a conocer al colaborador qué se espera de él, cómo lo está haciendo y cómo puede mejorar. El problema es que, a menudo, tanto jefe como empleado no acuden preparados y la charla se convierte en un mero trámite. La clave para que sea eficaz es centrarse en hechos y no en generalidades y que el feedback sea bidireccional.