Las cantinas corporativas son una fuente inagotable de disputas entre las corporaciones y sus empleados, que en algunos casos han llegado incluso a los tribunales. Estos llevan resolviendo casos vinculados a los comedores de las compañías años, viendo problemas que van desde la propia existencia del espacio para que los empleados almuercen hasta la composición de los platos del menú.
Muchas empresas optan por ofrecer a sus trabajadores un servicio de catering, que puede comprender desde cestas de fruta a menús completos, durante la jornada laboral. Esta solución no es solo una compensación adicional por parte de las compañías, sino que también repercute en el beneficio económico y productivo de las mismas.
El desperdicio de alimentos es un problema creciente a nivel mundial, pero existen algunas iniciativas empresariales que pretenden aportar soluciones. Fast Company expone el caso de las cafeterías de Google donde cada día se sirven hasta 200.000 comidas. Hace ya cinco años empezaron a controlar la cantidad y valor de los alimentos que malgastaban en sus instalaciones por todo el mundo y están logrando grandes resultados.
Los cerca de 1.000 trabajadores de la planta de Seat en la Zona Franca ya no comerán los clásicos bocadillos de embutidos a mitad de sus turnos, ya que la empresa ha decidido sustituirlos por unos más saludables, de hummus, aguacate o queso fresco.
A partir de datos de investigaciones propias y haciendo uso de su extensa red de corresponsales, Financial Times ofrece una serie de artículos que abordan la cuestión de la salud laboral desde distintas perspectivas: el presentismo, la salud mental, los programas de incentivos, los usos alimentarios, el diseño de los espacios y las nuevas tecnologías de monitorización.
Varios estudios demuestran que unos malos hábitos alimentarios repercuten negativamente en nuestro desempeño laboral. Financial Times nos expone alternativas y estrategias para seguir una dieta saludable en el trabajo a pesar de las prisas y el ajetreo diarios.
Las comidas de negocios son muy habituales en España, pero tienen sus propias reglas de juego que hay que respetar. Un almuerzo con jefes o clientes también es una reunión: se debe mantener la actitud profesional siempre.
Consiste en impulsar, mediante un plan de acción coordinado y con el esfuerzo común de trabajadores y la dirección, una serie de medidas, servicios y recomendaciones que mejoren la salud global de las personas en el puesto de trabajo.
Una comida de trabajo sirve para generar confianza, asentar las bases de una relación laboral, hacer contactos y siempre es posible decir 'no '. Además, existen alternativas a estos almuerzos en los que no se debe hablar sólo de negocios.