La escritora, editora y directora del Institut Ramon Llull, Iolanda Batallé, despliega en este libro un relato íntimo y vivencial que va más allá de un manual sobre liderazgo. Es un alegato personal y liberador, emotivo, directo y lúcido que, con coraje, nos invita a vivir, a hacer y a dirigir lejos del autoritarismo impuesto, con la premisa del autoconocimiento como base de una gestión empática, eficaz y feliz.
A menudo se habla del techo de cristal que impide a las mujeres llegar a posiciones directivas dentro de las empresas. Pero existe otro techo, quizás menos conocido pero igualmente duro de romper, que hace que las personas del colectivo LGTBI se vean expulsadas de posiciones directivas. Para evitar que la orientación sexual penalice a los trabajadores se ha creado la asociación empresarial REDI, que tiene como objetivo dar visibilidad a la diversidad de género.
Las cifras de paro muestran un segmento de la población como claro perdedor: el de los jóvenes. Sin embargo, al observar el desempleo de larga duración aparece otro gran damnificado: el colectivo sénior. Hasta 508.300 personas llevan entre uno y dos años sin trabajar, de las que el 35% tiene entre 45 y 65 años, según la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre de 2020. Y de los 828.200 parados durante más de dos años, más de la mitad -el 54,8%- está en este rango.
Son varias las científicas brillantes que han pasado desapercibidas y ni siquiera figuran en los libros y en los manuales científicos. Por eso, la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AIMT) lanza una iniciativa para combatir los estereotipos motivados por la falta de mujeres relevantes en la ciencia y propone que aparezcan en los libros de texto.
¿Cómo se puede ganar en equidad salarial? El primer paso es visibilizar los datos relativos a los salarios con el fin de detectar diferencias entre lo que cobran los hombres y las mujeres. Para lograrlo, el registro salarial o las auditorias se han convertido en medidas obligatorias para un número creciente de empresas. Estas requieren importantes esfuerzos por parte de las organizaciones, pero directivos de países pioneros en transparencia para combatir la brecha de género ya reconocen que las medidas fijadas por ley son beneficiosas y no muy costosas.
El coronavirus está impactando de forma significativa en el mercado laboral. Una de sus consecuencias ha sido el aumento de la brecha de género en el empleo, que se ha situado en cifras que no se veían desde los años previos a la crisis financiera de 2008. Lo demuestra el siguiente dato: la tasa de paro en el tercer trimestre llega al 18,39% en las mujeres, cuatro puntos por encima de la de los hombres.
Entrevista de "La Contra" de La Vanguardia a Augusto López-Claros, economista y director de la fundación Global Government Forum: "Haber marginado a la mujer de la economía y de la política ha acarreado costes enormes. De los 193 países de la ONU hay 21 que tienen una jefe de Estado, y el 40% de los éxitos a la hora de manejar la Covid son países dirigidos por mujeres."
El pasado mes de octubre se aprobó el reglamento sobre igualdad retributiva entre hombres y mujeres, en el cual consta la obligatoriedad de elaborar un registro salarial a toda la plantilla con el objetivo de reducir la brecha salarial de género. Este registro de sueldos exigirá a las empresas un importante esfuerzo para justificar pluses y complementos.
¿Por qué a los hombres incompetentes les resulta tan fácil llegar a ser líderes? Y, por el contrario, ¿por qué es tan difícil que avancen las personas competentes, especialmente si son mujeres? Estas son dos preguntas a las cuales intenta dar respuesta el psicólogo de liderazgo Tomás Chamorro-Premuzic, a través de un libro basado en la investigación rigurosa realizada durante décadas.
El Consejo de Ministros aprueba un decreto contra la brecha salarial entre hombres y mujeres y otro sobre planes de igualdad en los centros de trabajo, que se prevé que entren en vigor en abril de 2021. A partir de entonces, se considerará que la falta de registro salarial es un indicio de discriminación retributiva. Así pues, las empresas deberán demostrar la ausencia de brecha de género en caso de denuncia.
Las mujeres han sentido más que los hombres la ansiedad y el estrés cuando han tenido que trabajar (y teletrabajar) durante la pandemia de coronavirus. Ellas han experimentaron mayor inestabilidad financiera.
¿Cuál va a ser el perfil más afectado por la crisis económica provocada por la pandemia de la Covid-19? Según explica Linda Scott, profesora emérita de la Oxford University y especialista en temas de género, a Financial Times las más perjudicadas por la recesión van a ser las mujeres, tanto en los países ricos como en los que están en vías de desarrollo.
Aún se dan situaciones de discriminación hacia las personas LGBT en el mercado laboral. Para conseguir un ambiente más inclusivo en el ámbito empresarial, la OCDE establece dos líneas de actuación. Por un lado, implantar estrategias de recursos humanos que impidan la intervención de los sesgos durante los procesos de selección y, por otro, la formación activa de los empleados en materia LGBT.
La crisis económica ha empujado a algunos trabajadores a incluir en su currículum su inmunidad frente al Covid-19. Preguntado hace unos días por esta cuestión, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, mostró sus dudas de que esta conducta fuera legal y, en todo caso, manifestó que le resultaba “inmoral” y advirtió que podía ser una fuente de discriminación.
“Si se valoran los últimos 50 años en su conjunto, las oportunidades para las mujeres en el ámbito laboral han aumentado. Sin embargo, durante la década pasada, dicho progreso se detuvo”, afirma Sara Sanford, Directora Ejecutiva de Gender Equity Now. Lo cuenta en una conferencia TED, durante la que relata experiencias que demuestran que los hombres, a veces de forma inconsciente, tienden a no valorar algunas propuestas por el simple hecho de que las realizan mujeres.
A día de hoy, aún son muchas las personas que por evitar rumores o comentarios, por miedo a que se le cierren puertas a un ascenso o por el temor al despido necesitan ocultar su orientación sexual e identidad. Sin embargo, cada vez son más las iniciativas corporativas que intentan integrar al colectivo LGTBI y frenar las conductas homófobas en la oficina.
El Foro Económico Mundial elabora un código de conducta para el personal interno y el conjunto de los asistentes. De este modo, la organización del evento ha querido dejar por escrito lo que está prohibido o perseguido durante el foro, como la discriminación o el acoso, así como algunas pautas de actuación ante situaciones difíciles de gestionar, como puede ser el ofrecimiento de un regalo.
A finales del año 2019 finalizaba el plazo para que todas las empresas cotizadas de California incorporaran como mínimo a una mujer en sus juntas directivas. Haciendo un análisis de la situación a finales del año pasado, The New York Times explica que algunas organizaciones aún no se habían adaptado a esta nueva ley o lo habían hecho muy recientemente.
El argumento de que las mujeres son por naturaleza rivales entre ellas ha servido hasta como hilo narrativo en el cine y la literatura, pero la ciencia no lo respalda. Según una investigación de la Asociación Estadounidense de Psicología, no existen apenas diferencias inherentes a los sexos en términos de personalidad, capacidad cognitiva y liderazgo.
En la corta historia del uso de la inteligencia artificial en los procesos de selección de trabajadores hay un gran fracaso. Hace un año Amazon retiró un experimento que usaba esta tecnología por algo bastante inquietante: el software demostró tener prejuicios a la hora de seleccionar a mujeres para un puesto de trabajo.
Elaborada por el Club de Excelencia en Sostenibilidad y Sagardoy Abogados, esta guía constituye una herramienta de ayuda para realizar un diagnóstico interno con respecto a la diferencia retributiva que pudiese existir entre géneros en las organizaciones. Su principal objetivo consiste en evidenciar la magnitud del contraste salarial entre géneros y proponer una serie de cálculos para revelar los factores que pueden ser considerados como los mayores causantes de la brecha salarial.
En el mundo laboral, la letra T está mucho más estigmatizada que las LGB. Por eso, a falta de datos oficiales, se estima que la tasa de desempleo en este colectivo oscila entre el 70% y el 80%, con el añadido de que sus miembros suelen acabar en sectores y trabajos altamente precarios e inseguros. REDI y CC OO ofrecen varias recomendaciones para crear entornos inclusivos y seguros.
El envejecimiento empuja a retrasar la jubilación, pero persisten dificultades por mantenerse empleado más allá de los 50. El planteamiento es claro. Influyentes instituciones como la OCDE llevan tiempo pidiendo actuar para amortiguar el impacto del envejecimiento de la población, un proceso que a su entender hace imprescindible permanecer más tiempo en el mercado laboral.
Siguen siendo no pocas las organizaciones que utilizan la prejubilación como un instrumento de “revitalización” de sus plantillas, a la vez que también de aligeramiento de los costes laborales. La práctica, sustentada con los famélicos fondos de la Seguridad Social, retira la experiencia y el conocimiento con la falsa creencia de que el talento millennial es el único que se puede entender con el lenguaje de la transformación digital. Lo cierto es que la silenciosa revolución demográfica está a punto de explotar.
La búsqueda de empleo es especialmente compleja para las personas trans. De hecho, ocho de cada diez no tienen trabajo y se encuentran con grandes obstáculos en el mercado laboral. Así pues, según exponen las asociaciones y colectivos de personas trans, existen aún grandes prejuicios y un importante desconocimiento, de modo que concluyen que queda mucho camino por recorrer.
"Soy visible en cuanto a mi identidad sexual fuera de lo profesional, en el trabajo no ha dado el paso todavía, pero me están apoyando”. Quien habla es Cristina Gómez, de 34 años e ingeniera informática de BBVA, que este año está colaborando con la iniciativa de inclusión desarrollada por la entidad financiera, que estos días ha dado un paso más al iluminar el edificio de La Vela, su sede corporativa en Madrid, con los colores de la bandera arcoiris del Orgullo.
Los asistentes virtuales realizan todo tipo de tareas para facilitar la vida de los humanos y entre la mayor parte de estos destaca un rasgo común: tienen instaladas voces femeninas por defecto. Aunque a priori parece algo poco relevante, se trata de una característica que puede favorecer la reproducción de estereotipos de género, según se afirma en un documento de la UNESCO.
Entrevista de El País a Claudia Goldin, profesora de la Universidad de Harvard: "Los hombres están desproporcionadamente disponibles para hacer largas jornadas en el trabajo, mientras que las mujeres están desproporcionadamente disponibles para dedicarse a tareas del hogar. Es la otra cara de la moneda de la desigualdad en la pareja."
El Estatuto de los Trabajadores y la normativa de prevención de riesgos laborales obligan a las compañías a establecer medidas para proteger tanto la salud de la plantilla como sus derechos. Es por eso que sucesos como el de la empleada de esta empresa de automoción pueden conllevar una sanción si no se actúa contra el hostigamiento.
Establecer un código de vestimenta como empleador es parte del derecho a la libertad empresarial. Sin embargo, esta libertad puede chocar con la privacidad del empleado. Por eso, es necesario actuar con cautela para no vulnerar derechos fundamentales de los trabajadores como el de la propia imagen, la no discriminación o la seguridad y la salud laboral.