El papel de las organizaciones en la vacunación de sus empleados puede desatar algunas controversias. Por eso, la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de EEUU ha dado a conocer a las empresas algunas de sus recomendaciones a través de una guía. Human Resource Executive Magazine recoge las más relevantes para Recursos Humanos.
Las medidas de contención del coronavirus impuestas en el ámbito laboral tienen importantes efectos en los derechos fundamentales del trabajador como su derecho a la intimidad, la inviolabilidad del domicilio o incluso el secreto de las comunicaciones, así como en la protección de sus datos personales. Estas injerencias en la esfera privada del empleado deben ser las mínimas e imprescindibles para conseguir su fin último: salvaguardar la salud de los trabajadores en el desarrollo de su trabajo.
Con Esther Deltor, especialista en proyectos de salud y soluciones de e-health. La COVID-19 acentúa la necesidad de conseguir una promoción de la salud efectiva. Una oportunidad de crear una sociedad y un modelo empresarial que se mueva en torno a la salud de la población y a la promoción de hábitos saludables.
Recientemente se han producido avances significativos que apuntan a la efectividad de algunas vacunas contra el coronavirus. Se dibuja, pues, un horizonte esperanzador para muchos negocios que están sufriendo las consecuencias económicas del virus. Sin embargo, la ley establece la voluntariedad de los tratamientos. Así pues, ¿las compañías podrán solicitar la obligatoriedad de la vacuna?
Por debajo del sinfín de decisiones de proceso, operativas o de ajustes a la legislación que los directivos han tenido que abordar en estos momentos de crisis, hay una que es de mayor profundidad. Una decisión que marca una estrategia respecto a cómo abordar la gestión emocional de personas y equipos.
En el marco del Ciclo de encuentros digitales "Salud mental y COVID-19" impulsados por SOM Salud Mental 360 Sant Joan de Déu, el 13 de octubre se organizó este webinar con expertos y expertas de los ámbitos de la Salud, Social y de los Recursos Humanos con el objetivo de facilitar pautas y compartir experiencias en salud laboral y gestión emocional.
La Coordinadora Catalana de Fundacions quiere impulsar un espacio de encuentro, intercambio y aprendizaje compartido entre las fundaciones sobre un tema común: ¿cómo están organizando el trabajo de sus profesionales en tiempos de pandemia? En este encuentro virtual del pasado 30 de septiembre participaron, entre otros: Anna Fornés, Directora de la Fundació Factor Humà y Mònica Vázquez, Directora del Área de Personas de Suara Cooperativa.
¿Puede la tecnología ayudar a mejorar la salud mental de los trabajadores y las trabajadoras? Según un estudio del que se hacen eco en Human Resource Executive Magazine, la Inteligencia Artificial podría ayudar a los empleados que sufren estrés y ansiedad, ya que muchos de ellos se sienten más cómodos hablando de este tema con un robot o software antes que con su jefe.
El sector se ha visto obligado a adaptar su propio sistema de trabajo debido a la pandemia del coronavirus que además ha traído un desplome de los ingresos.
El teletrabajo ya hace mella en empleados que se sienten solos y desubicados, y las empresas empiezan a preocuparse. Es por eso que los expertos les recomiendan que actuen para mejorar su motivación. Algunas de las iniciativas que podrían servir son los encuentros presenciales periódicos para no perder el contacto entre las personas, además de la combinación entre teletrabajo y oficina.
Cada vez es más evidente que los aerosoles son una vía importante de contagio de la covid-19. Sin embargo, los protocolos de la mayor parte de centros de trabajo no contemplan esta vía de contagio y algunas organizaciones esperan a tener certezas para revisar sus iniciativas actuales y realizar las modificaciones pertinentes. Los sindicatos tampoco tienen ninguna iniciativa específica para hacer hincapié sobre el fenómeno.
Según los cálculos de un equipo de investigadores de la Universidad de Murcia, por cada décima que una nación avanza en el índice de economía y sociedad digital, sus ciudadanos pasan 12,6 minutos más en sus asientos.
La vuelta a la oficina tras el confinamiento provocado por la pandemia de coronavirus debe ser segura. Es por eso que se proponen algunas medidas con el fin de minimizar el riesgo de contagio en los espacios de trabajo, que tienen que ver con el uso de mascarillas, los encuentros sociales y los protocolos claros y bien comunicados.
Debido a la pandemia de la Covid-19 muchas empresas se vieron obligadas a optar por el teletrabajo durante las semanas de confinamiento. Además, parece que el trabajo en remoto ha llegado para quedarse. Ante esta situación, el Gobierno está planteando una ley del teletrabajo en la que no solo se plantean aspectos como la desconexión digital o los costes derivados de trabajar a distancia, sino que también se reserva un apartado a la prevención de riesgos laborales en el hogar.
La Covid-19 ha afectado emocionalmente a una parte importante de la población, especialmente a aquellas personas que viven solas y a las que han perdido a alguien cercano o han pasado el virus. El miedo, la tristeza y la ira se han convertido en sentimientos habituales y, por eso, algunas empresas ofrecen recursos psicológicos y emocionales a sus empleados.
Ante la crisis de la Covid-19, muchas organizaciones han implementado programas a nivel general para el bienestar de las personas. Pensar ahora en cómo personalizar los procesos de recuperación puede tener muchos efectos positivos. Lo hablamos con Ingeborg Porcar y Carles Cortés de la UTCCB – UAB y con Claudio Drapkin de SOLO Consultores.
Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) insta a los estados a invertir en mecanismos de pruebas y trazabilidad para evitar rebrotes durante la reactivación económica. Dichos mecanismos pueden marcar la diferencia entre una mayor o menor crisis económica derivada de la Covid-19.
Las empresas ponen en marcha nuevos protocolos para mantener la seguridad en las oficinas cuando se levante el confinamiento. Sin embargo, la normalidad en los centros de trabajo tal y como la entendíamos hasta ahora ha terminado. Todo apunta a que las oficinas dejarán de ser el centro y que el teletrabajo será cada vez más masivo.
Una mezcla de respeto y extrañeza envuelve el regreso al trabajo tras el confinamiento. Las nuevas rutinas están marcadas por la importancia de la limpieza y la desinfección pero, además, han cambiado las formas de trabajar. El trabajo online y las plataformas colaborativas han adquirido un gran protagonismo los últimos meses y parece que continuará siendo así en la nueva normalidad.
Mireia Clua y Jordi Mitjà, dos relevantes figuras del Estudio Clínico COVID-19 y del Plan de Desconfinamiento de la Generalitat, conversaron con las Directoras y los Directores de Personas de las organizaciones asociadas a la Fundació acerca, entre otras cosas, de cómo adaptar las directrices gubernamentales a las organizaciones. Al final de la intervención de ambos ponentes, tuvimos la suerte de contar también con la participación de Oriol Mitjà, epidemiólogo y profesor asociado en el Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol, que contestó a varias preguntas de las personas asistentes.
El coronavirus ha provocado un auge del teletrabajo en todo el mundo, lo cual tiene repercusiones también sobre la salud de los trabajadores. Las largas horas ante los ordenadores portátiles, la inmovilidad y los espacios laborales improvisados agravan los problemas musculoesqueléticos, siendo esta la mayor causa de absentismo laboral.
En un contexto de crisis derivado de la pandemia de la Covid-19, Randstad, Adecco Group y ManpowerGroup anuncian una alianza sin precedentes. Las tres empresas más importantes del ámbito de los Recursos Humanos han decidido colaborar con el fin de contribuir en la preparación de la nueva normalidad y facilitar una vuelta al trabajo segura.
La pandemia del coronavirus ha obligado a teletrabajar a todas las empresas que pueden hacerlo. Pero ¿cuáles son los planes de futuro? Los expertos prevén que se reducirá la capacidad de las oficinas entre un 30% y un 50% y el regreso de los empleados se compaginará durante meses con el teletrabajo.
El regreso a los puestos de trabajo después del confinamiento derivado de la crisis del coronavirus no será sencillo. Las oficinas ya no serán las mismas. Así pues, será obligatorio respetar los dos metros de distancia y cumplir con las normas sanitarias. Además, habrá que subir escaleras y las mesas se deberán mantener limpias de papeles.
La desescalada será asimétrica y gradual también en el mundo laboral, dependiendo de la situación y los ritmos de cada empresa o centro de trabajo. Por ese motivo, el Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez ha establecido contactos con una decena de grandes compañías con el fin de intercambiar impresiones y recomendaciones para la vuelta al trabajo.
Telefónica ha diseñado un plan de desescalada ante la crisis del Covid-19, bajo el prisma de que la sociedad ha entrado en territorios no explorados. El grupo defiende que se anticipó en la protección de la salud de la plantilla, y ahora vuelve a adelantarse al plantear cómo será el regreso a la “nueva normalidad”.
La crisis sanitaria ha disparado las dudas sobre la seguridad en los centros de trabajo. La guía de buenas prácticas aprobada por el Ministerio de Sanidad contempla, entre otras recomendaciones, la distribución de equipos de protección individual (EPI) cuando no sea posible evitar el contacto personal directo. No obstante, la realidad ha demostrado que las mascarillas, los guantes y los geles no han llegado a todas las empresas. Entonces, ¿qué ocurre si el trabajador cae enfermo? ¿habrá consecuencias legales?
Seat retomará su actividad en Martorell (Barcelona) en tres fases, que arrancarán con una producción del 33% y solo una parte de la plantilla en fábrica, así como con medidas de protección como mascarillas diarias para todo el personal y la obligación de pasar un autotest antes de entrar.
No es ninguna novedad decir que gran parte del futuro laboral está en el teletrabajo. Con una economía occidental basada en el sector servicios, la presencia en el puesto de trabajo se hace más que prescindible dadas las posibilidades que nos brinda la tecnología. Y si este proceso estaba cobrando fuerza poco a poco, la actual crisis provocada por el COVID-19 ha hecho que el teletrabajo aparezca a gran velocidad de implantación en nuestra fuerza productiva.
La Cambra de Barcelona, a través de su observatorio Dona, Empresa i Economia, insta a reconocer "social y económicamente" a las 429.000 mujeres catalanas en contacto con el coronavirus por su trabajo diario. Esta cifra supone el 65% del total de personas que forman parte de los colectivos profesionales que están en activo desde que se decretó el estado de alarma.