Núria Basi forma parte de la tercera generación de una empresa familiar nacida en los bajos de la casa de su abuela. Estudió Biología y, entre otras ocupaciones, fue investigadora en Estados Unidos. Veinte años en el sector científico, casi el mismo tiempo que en el Grupo BASI. Ahora es su Presidenta. La entrevisto en una showroom de algunas de las marcas que distribuyen. "Huele a tienda", le digo. "Es la piel de los zapatos", puntualiza.
El estudio realizado por Ascef revela que tres de cada cuatro puestos de trabajo las crean compañías controladas por parientes. Además, destaca que las empresas familiares muestran un mayor compromiso con el empleo, ya que se constata que han mantenido puestos de trabajo "a costa de reducir sus niveles de competitividad y rentabilidad" durante la crisis.
Pese a que puedan argumentarse motivos como una total confianza en la capacidad y la lealtad de los familiares para desempeñar una determinada responsabilidad, recurrir a ellos no resulta el mejor método de reclutamiento de talento. Las competencias y las capacidades deben prevalecer en los nombramientos de los equipos de trabajo.
Solamente el 30% de las empresas familiares sobreviven en la segunda generación, el 12% en la tercera y el 3% en la cuarta, principalmente por problemas de gestión o de cambio de manos entre familiares, que no contemplan desarrollar un buen plan de sucesión. The Economist subraya que dicho problema es incluso más importante en zonas del mundo como el Golfo Pérsico, donde este tipo de compañías dan empleo a la mayoría de trabajadores y representan gran parte de los ingresos no petrolíferos. Herederos incompetentes o disputas familiares sin sentido son el posible origen de muchas desapariciones empresariales.
La falta de un protocolo de sucesión documentado y de una hoja de ruta prevista antes de la jubilación de los fundadores lastran el futuro de las empresas familiares. El 30% de los propietarios traspasan la propiedad a sus "herederos" pero prefieren confiar la gestión a alguien externo a la compañía.
Estamos instalados en una cultura que castiga el fracaso. Por eso es importante recordar que los errores pueden transformarse en experiencia y pasar luego a ser una oportunidad de negocio. Para que el fracaso pueda ayudarnos y se convierta en valor de futuro, debemos verlo como algo natural y bueno. Y en eso, precisamente están en la Business School de la UOC, que desde el pasado año realizan un ciclo de debates llamados Fracasos oportunos.
En esta ocasión cruzamos las puertas del mayor fabricante de chicle del mundo y uno de los líderes del sector de la confitería. Una empresa con más de 16.000 empleados o “asociados”, que es como les gusta llamarlos a ellos, porque en Wrigley la responsabilidad por mantener los máximos estándares de calidad y por lograr los resultados es un ejercicio compartido, que se practica, eso sí, en un entorno gratificante, moderno, divertido y desenfadado.
La jubilación, el cambio de domicilio o los motivos personales son las principales causas del cierre de muchos negocios. La patronal catalana Cecot promueve con un programa los traspasos y cesiones de empresas que funcionan a emprendedores, y Barcelona Activa y el Ajuntament de Barcelona están poniendo en marcha una oficina para su gestión.
Las firmas familiares, capaces de generar siete de cada diez empleos privados, según el Instituto de la Empresa Familiar, carecen, en muchos casos, de consejos de dirección profesionalizados. Varios expertos dibujan la hoja de ruta para profesionalizar la gestión de estas compañías.
La innovación no es exclusiva de las nuevas tecnologías o de la ciencia. Cada vez más empresas de sectores más tradicionales se esfuerzan por ser creativas. Una funeraria que ofrece féretros ecológicos o una empresa de embutidos tradicional con nuevas ecogranjas de cerdos son algunos ejemplos.
Amancio Ortega, de 74 años, se ha hecho un traje perfecto y a medida para su sucesión como presidente ejecutivo del grupo textil Inditex. Es la opinión de los expertos en gestión, del mercado y de quien conoce a los protagonistas y a la empresa.
Josep Lagares, Director General de Metalquimia, la ganadora del II Premio Factor Humà Mercè Sala, nos transmitió, en videoconferencia desde Frankfurt, por qué esta empresa gerundense se está convirtiendo en un referente en innovación y factor humano.