Si hay un hecho que caracteriza esta era es la movilidad geográfica. El mundo laboral está transformándose muy rápidamente. Cada vez es mayor el número de personas que trabajan fuera de su lugar de origen, y el modo en que se mueven también está cambiando. Los traslados con fecha de vuelta están disminuyendo en favor de nuevas formas de movilidad, con mayores distancias geográficas, hacia nuevos mercados emergentes, por tiempo indefinido. La mayoría de los profesionales, a lo largo de su vida laboral, se verán expuestos a un cambio de residencia por razones de trabajo.
El Gobierno debe transponer antes de julio del próximo año la última Directiva europea de Desplazamiento de trabajadores dentro de la UE que se aprobó en junio de 2018. Esta norma establece nuevas exigencias a las empresas y a las administraciones públicas para garantizar que los trabajadores que son desplazados temporalmente por sus empresas a otros países tienen las mismas garantías salariales y laborales que los empleados del Estado al que viajan.
Actualmente, vemos cada vez más a personas trabajadoras en movilidad, profesionales nómadas que adoptan formas más flexibles en comparación con el/la expatriado/a tradicional. En esta jornada, coorganizada entre el Ajuntament de Barcelona y la Fundació Factor Humà, abordamos cuestiones clave para captar y fidelizar el talento global.
Bajo la denominación de movilidad internacional exploraremos las tendencias recientes en la asignación (o recepción) de personas a otros países y la manera como los cambios culturales y socioeconómicos están alterando las modalidades y los perfiles personales y profesionales de estos procesos.
Soplan aires favorables para el talento profesional en nuestro país. España ha ascendido posiciones en el ranking mundial. Impulsados por esta buena racha, se ha celebrado la tercera edición del Congreso AIAL. Un encuentro en el que se dieron cita expertos del tema y pusieron sobre la mesa un mismo objetivo: convertir a España en el epicentro del talento.
Trabajar en el extranjero es parte de la carrera profesional de muchas personas. Sin embargo, trabajar en el ámbito internacional no implica necesariamente trasladarse. Las nuevas tecnologías han contribuido a acordar distancias, de modo que no es necesario cruzar un continente para reunirse. En consecuencia, se reduce el tiempo de las asignaciones internacionales y el expatriado tiende a desaparecer.
En esta jornada coorganizada entre el Ajuntament de Barcelona y la Fundació Factor Humà, abordamos cómo las empresas pueden ganar competitividad a través de una gestión del talento libre de prejuicios, impulsando políticas sensibles con la diversidad cultural. Fue mediante conferencias, un diálogo y una mesa de debate y con profesionales de empresas como APM Terminals, Banco Sabadell o Suara Cooperativa.
El traslado de un profesional a otra ciudad no es solo una facultad de reorganización de la empresa sino también una vía para revitalizar a un empleado o equipo de trabajo.
Las expatriaciones en muchas ocasiones no acaban bien. Según un estudio, los expatriados se quejan de que las empresas no cuidan la gestión del profesional que se marcha fuera, sobre todo del cuidado de los aspectos previos a la partida. Sin embargo, las tendencias en las organizaciones están cambiando y ahora es muy común que el nombramiento de un directivo se acompañe de responsabilidades en varias regiones internacionales.
Muchos profesionales son enviados a filiales en el extranjero por sus empresas con el objetivo teórico de obtener más conocimientos y enriquecerse profesionalmente gracias a vivir otros contextos culturales. Sin embargo, al regresar al cuartel general pasados unos años, se encuentran con que no se les reconoce o incluso sus condiciones son peores que las que tenían antes de irse. The Economist cuenta la realidad para expatriados cuya experiencia pasa desapercibida y que en ocasiones acaba desembocando en el abandono de la empresa tras el regreso.
La gestión de expatriaciones se ocupa de todas las fases (selección, seguimiento y repatriación) del proceso de enviar una persona trabajadora al extranjero durante un periodo largo de tiempo (normalmente de uno a cinco años). Algunos términos alternativos que también se usan son: gestión de la movilidad internacional o gestión internacional de los Recursos Humanos.
Los expatriados son una tribu reciente en el mundo empresarial español. Hace 15 años pocos eran los altos ejecutivos desplazados al exterior. Pero ahora que las compañías del Ibex obtienen el 65% de su facturación fuera de España y que las medianas se han lanzado a los mercados externos, han hecho del expatriado una especie cada vez más numerosa. En 2013 los expatriados españoles aumentaron un 6,6%, y crecerán más en el futuro.
El empleado desplazado temporalmente a otro país para trabajar está dejando paso, gracias a la proliferación de las nuevas tecnologías y a las necesidades de ahorro de costes de las empresas, a la posibilidad de ser responsable de varios países sin vivir fisicamente en ninguno de ellos.
La movilidad geográfica es el desplazamiento de una persona a un centro de trabajo situado en un contexto cultural diferente, a propuesta de su organización. Para garantizar el éxito hay que centrar el foco en la selección de la persona.