¿El éxito depende únicamente del talento o también tiene que ver con las expectativas que las otras personas se generan sobre nosotros? La forma en la que se trata a una persona puede llegar a ser transformadora, tanto en sentido positivo como negativo. Esta influencia del entorno nos lleva a hablar de la profecía autocumplida y del Efecto Pigmalión.
El Efecto Pigmalión, que debe su nombre al protagonista de un mito griego conocido como la "Metamorfosis de Ovidio", es aquel que se produce cuando alguien crea unas expectativas muy altas sobre otra persona y, como consecuencia, estas se convierten en una realidad. En este caso, la influencia del/de la líder se da en un sentido positivo. Así pues, es muy probable que el rendimiento de un empleado sea alto si percibe continuamente la aceptación del/de la líder.
El empresario y profesor J. Sterling Livingston trasladó el concepto al mundo de la gestión empresarial en un célebre artículo de la Harvard Business Review. La imagen que una persona en rol de manager tiene sobre las personas a las que dirige, independientemente de que se base en supuestos ciertos o falsos, influye en su rendimiento y productividad.