
Artículo Reivindicación de la pereza de La Vanguardia, 21/11/2004.
Llega un best seller francés golfo que recomienda el pasotismo en la gran empresa.
Quién sabe por qué, la opinión y los medios se interesan siempre más por quienes critican aquello de lo que se benefician. Según esta lógica, ¿me traerá éxito Buenos días, pereza, que pone verde al mundo de la empresa? A saber...”, se interrogaba la economista y psicoanalista francesa Corinne Maier hace unos meses. Ahora ya tenemos respuesta a su última pregunta: el éxito de su libro es rotundo, y ha alcanzado incluso las páginas de The New York Times y del Financial Times.
La primera observación de la autora, también es cierta: criticar lo que a uno le da de comer despierta mucho, mucho interés. Sin cambiar de país, Frédéric Béigbeder destrozó en 13,99 euros el mundo de la publicidad que tan suculentos beneficios le había proporcionado y ahora ella misma ha puesto a caer de un burro la vida en las grandes empresas, entre ellas inevitablemente la suya, la gigantesca Electricité de France, en la que se trabaja la terrible friolera de ¡32 horas semanales!, y cuya amenaza de sanción a la autora disparó las ventas del libro.
En un mundo en el que se ha acabado el viejo pacto keynesiano y la empresa paternalista en la que la gente nacía, crecía y se jubilaba es un privilegio de unos pocos, Corinne Maier asegura que lo mejor que se puede hacer, en el caso de tener, como bien puntualiza, un trabajo más o menos fijo en una empresa de dimensiones notables, es no dar ni golpe. La empresa se lo pide hoy todo al trabajador: su tiempo, su esfuerzo, su lealtad, a cambio de unas perspectivas escasas. El trabajador, expone, no tiene casi nada que ganar y sí mucho que temer, flexibilidad y despido incluidos. Es un objeto intercambiable y sustituible más. “La empresa no es el lugar donde desarrollar tu potencial, porque ya lo habrías hecho”.
“La empresa está acabada. Hay que rendirse a la evidencia: ya no es el lugar del éxito. El ascensor social está bloqueado. Los títulos académicos ya no proporcionan tanta seguridad como antes y la carrera profesional ha dejado de estar garantizada (...) Soplan otros vientos y, para huir de ellos, miles de universitarios sobradamente preparados empiezan a mendigar oscuros empleos de chupatintas en la Administración”, escribe Maier. Frente a lo cual, señala, se alzan los sueldos astronómicos de los jefes, encumbrados casi tan velozmente como defenestrados.
Las grandes organizaciones empresariales, dice, se han convertido en entes burocráticos e impersonales con una jerga grotesca e inservible, donde lo que sirve es saber venderse, se trabaja “a la orden de jefecillos mediocres y serviles”, y se pierde el tiempo “en reuniones inútiles y seminarios absurdos”. Y no hay que olvidar al ejército de consultores, coachers y otros “parásitos”: “Cuando nuestro consultor no tiene más que dos ideas (lo cual ya es mucho), las expresa en forma de matriz”, ironiza.
La fantasía del cambio continuo en la empresa le parece a la autora una quimera como la Revolución Cultural china... Por si fuera poco, apunta, no hay una auténtica autoridad en la empresa, no hay debate y el trabajo está repartido de manera poco equitativa: unos sudan la camiseta y otros no pegan ni golpe.
Así que, concluye, se acabó lo de “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”, “El trabajo os hará libres” y la vieja ética protestante. “Lo que haces no sirve, en resumidas cuentas, para nada, cualquier día pueden sustituirte por el primer idiota que llegue. Trabaja lo menos posible y dedica algún tiempo (pero no demasiado) a venderte y a crearte una red de contactos, con el fin de tener apoyos y ser intocable (e intocado) en caso de reestructuración”.
Unos cuantos consejos más: No hacer nada y disimular lo mejor posible, circulando con expedientes por el pasillo o llevándose documentos a casa por la noche. Y, luego, ojo: “No te juzgarán por la forma en la que hagas tu trabajo, sino por tu capacidad para adaptarte sin protestar al modelo promocionado”. O “en las empresas más grandes, elige los puestos más inútiles: asesoría, consultoría técnica, investigación, estudio. Cuanto más inútiles sean, más difícil será cuantificar tu contribución a la riqueza de la empresa '”.
El éxito del libro de Maier responde con certeza a un malestar en el mundo de la empresa que no es sólo patrimonio del hexágono vecino, como lo demuestra su acogida por los medios de otros países, un malestar para el que no se vislumbran salidas sencillas en un mundo cada vez más competitivo. Otra cosa es que la solución pase por la estrategia de Maier, la solución individual y el sálvese quien pueda. Por ejemplo, porque el trabajo que no haga Maier seguramente lo tendrá que realizar uno de esos trabajadores temporales a los que dice que hay que tratar con mucho respeto porque son los únicos que trabajan. Y, sobre todo, es cuestionable que su aplicación sea realista. Aún en el mejor de los casos, sería muy restringida: la situación laboral privilegiada de la autora es patrimonio de cada vez menos gente y, de nuevo, quizá sería interesante leer un libro con las múltiples experiencias empresariales de uno de esos eternos trabajadores temporales... Curiosamente, cuando la empresa acusó a la autora de deslealtad, ésta echó mano de los sindicatos, que no menciona en su obra. Por suerte para Maier, tal como va el libro, quizá en breve no necesite siquiera trabajar a tiempo parcial en su empresa.
ISBN: 84-83076-45-4
Maier, Corinne. "Buenos días, pereza". Península, 2004.
Libro publicado en castellano y catalán.
Puedes consultar la versión catalana en nuestra biblioteca (código: 124).