Millones de estudiantes en Europa y Estados Unidos hacen prácticas sin cobrar nada, mientras crece el desempleo juvenil en países como EEUU o Países Bajos, donde antes había pleno empleo juvenil. Incluso organizaciones como la revista Vogue o el partido Conservador británico subastan la posibilidad de hacer prácticas. Una semana con la editora de la revista de moda, Anna Wintour, costó 42.500 dólares en 2010.

Verano, temporada de sol, playa y... becarios. Desde Nueva York hasta Madrid, desde Londres hasta Berlín, millones de estudiantes llegarán a las redacciones de los periódicos, departamentos de gobierno, productoras de cine, bufetes de abogados, bancos de inversión, sedes de multinacionales, hospitales, parques temáticos, para hacer prácticas y, con un poco de suerte, aprender algo. En Estados Unidos, 20.000 universitarios aterrizarán en Washington para prepararle el café al senador o escribirle su discurso. Otros miles irán a bancos de inversiones en Wall Street. Entre 7.000 y 8.000 irán a Disney World (Florida) para ponerse el uniforme del Ratón Mickey o vaciar las papeleras. Remuneración: salario mínimo.

Pero los becarios de Disney son los afortunados, explica Ross Perlin, autor del Intern nation (nación de becarios) (Versom, 2012), que versa sobre el aumento explosivo de becarios, una nueva fuerza de trabajo precaria y explotable. “Hay toda un área de empleo en medios de comunicación, sobre todo on line, en profesiones creativas como producción de cine o moda, o en empresas sin afán de lucro, en el cual ya se considera que es perfectamente normal que los becarios trabajen sin cobrar nada”, dice. Es más, aunque el verano es temporada alta para los becarios, cada vez más se trabaja todo el año. Los becarios Disney se quedan una media de cinco meses.

Perlin, de 29 años, que hizo prácticas en una oenegé londinense antes de ir a trabajar a China, cree que la nación de becarios es otra manifestación de una precarización imparable del empleo. “Las empresas aprovechan el hambre del estudiante de conseguir experiencia para evitar la contratación de nuevos trabajadoras”, dijo en una entrevista telefónica desde su casa en Brooklyn (Nueva York).

Hace 25 años sólo el 3% de los estudiantes de EE.UU. hacían prácticas antes de licenciarse. Hoy son 9,5 millones, el 75% de la población estudiantil. Y entre una cuarta parte y la mitad de ellos no cobra nada. En el Reino Unido, el 37% trabaja gratis, segun Human Resources, mientras que en Alemania un sondeo a 2.600 becarios hecho en el 2008 descubrió que el 51% no cobraba.

La avalancha de becarios se produce a la vez que el paro juvenil crece hasta en países como el Reino Unido o Estados Unidos donde tradicionalmente existía abundante empleo juvenil. En EE.UU. la tasa de paro de jóvenes menores de 24 años ha subido del 11% al 18% desde el 2007. En el Reino Unido, del 12% al 22%. En España, el 18% de jóvenes son llamados ninis, que ni trabajan ni estudian. Es el porcentaje mas elevado de la OCDE. Esto hace que sea aún más necesario buscar un puesto de prácticas para ganar experiencia. Según un sondeo en el Reino Unido de empresas como Siemens, Merrill Lynch y Cadbury, uno de cada tres universitarios que encuentran trabajo ha hecho prácticas en la empresa y el resto en otras compañías.

Pero la presencia de tantos becarios reduce drásticamente la oferta de empleo para el resto, explica Ross Eisenbrey, vicepresidente del Instituto de Política Económica en Washington: “Los directivos de personal se están diciendo ‘¿Por qué voy a contratar a un joven sin experiencia si puedo tener uno gratis y encima con estudios universitarios’”. Esto excluye a jóvenes de familias sin recursos del mercado de trabajo sustituidos por un ejército de becarios de familias de renta más alta. “Aquí, en Washington, los becarios son ahora de familias mucho mas privilegiadas que hace 30 años, cuando yo hice prácticas, porque entonces nos pagaban”, dice Eisenbrey. Para jóvenes de clase media cuyos padres no pueden financiar las prácticas “no queda más remedio que trabajar en un burger para financiar las prácticas”, dice Perlin. Es trabajo mal remunerado para pagar trabajo no remunerado.

Para una empresa privada con afán de lucro es ilegal contratar a un becario sin pagarle el salario mínimo (7,2 dólares la hora). Pero “nadie demanda a las empresas, por ignorancia o porque no quieren perjudicar la posibilidad de conseguir un empleo", dice Eisenbrey. Hay algunos casos de demandas colectivas contra el programa de entrevistas de Charley Rose y contra los estudios de cine Fox Searchlight.

En el otro extremo de la escala de renta estan los serial interns (becarios en serie), que pueden estar años realizandio diferentes prácticas. Hay prácticas tan solicitadas que las empresas las subastan. Una semana con la directora de Vogue, Anna Wintour, costó 42.500 dólares en el 2010. En el Reino Unido, el partido Conservador ha subastado prácticas en instituciones financieras de la City, por 3.000 libras el becario.

A estos niveles es una buena inversión, pero en general los beneficios son menores. Cuantos más jóvenes becarios en serie haya, más prácticas habrá que hacer para conseguir uno de los escasos empleos que quedan. Es el mismo fenómeno que la sobrecualificación. Ahora, la OCDE calcula que entre el 30% y el 40% de los jóvenes en España, Portugal, Estados Unidos, Japón y Holanda están sobrecualificados para el trabajo que hacen.

¿Quiénes son los ganadores? Obviamente, las empresas. Disney, por ejemplo, consigue hasta la mitad de su mano de obra veraniega en las universidades. Es muy bueno para los resultados y la cotización bursátil. Perlin calcula que las empresas se ahorran 2.000 millones de dólares anuales gracias a los becarios.

Pero las universidades se benefician también. Cada vez más exigen prácticas para terminar la carrera universitaria. De este modo, se ahorran los costes de la enseñanza. "Para las universidades, las prácticas son una suerte de outsourcing de la enseñanza", dice Perlin.


Prácticas en una fábrica de iphones en China

Hasta en China echan mano de los becarios. Según la oenegé Sacom, Foxconn, que fabrica iPhones para Apple, firmó el año pasado contratos con 119 escuelas de formación profesional en Chongqing para mandar a hasta 100.000 estudiantes a trabajar durante tres meses a las plantas de esta compañía. Los investigadores de Sacom entrevistaron a Xiao Hui, de 18 años, estudiante de gestión hotelera. “Trabajar en una fábrica de electrónica tiene cero relación con mis estudios, pero no me queda más remedio, ya que la universidad obliga a los estudiantes a hacer las prácticas”. Son, “de facto, trabajadores de la cadena de producción”, advierte la organización China Labour Bulletin, en Hong Kong. Según un informe elaborado por varias universidades, Foxconn emplea a becarios en cinco plantas y les paga lo mínimo –2.000 dólares al mes– en Taiwán, Hong Kong y China. “Las universidades en China son grandes agencias de reclutamiento de trabajadores temporales”, cuenta Ross Perlin. Es un modelo que quizás ya se exporta a Occidente.



“Ya se considera normal trabajar sin cobrar”

El escritor y lingüista de Brooklyn Ross Perlin relata en su primer libro, Intern nation: how to earn nothing and learn little in the brave new economy, (Nación de becarios: cómo no ganar nada y aprender poco en la valerosa nueva economía) el papel del becario en el actual contexto laboral.

¿Cree que el elevado número de becarios tiene algo que ver con el paro juvenil?

Obviamente, no es la causa; pero lo que está pasando en Estados Unidos en el sector de cuello blanco es que el número de becarios ha subido tanto que apenas hay vacantes para gente sin experiencia. Este tipo de trabajo ya se cubre con becarios. Estamos en una situación en la que hay becarios que ya llevan de tres a cinco años haciendo prácticas en diferentes lugares. La mitad no cobra. La otra mitad puede cobrar el salario mínimo. Al mismo tiempo, existe un temor real a que el nivel de paro juvenil de España y Grecia lo tengamos también aquí en un futuro. Hay más jóvenes en paro en EE.UU. que en ningún otro momento desde los años treinta.

Parece un círculo vicioso, porque con tanto paro los jóvenes, lógicamente, ven que sin haber hecho prácticas no hay forma de trabajar.

Sí. Hay que verlo desde una perspectiva individual y sistémica. A nivel individual, es lógico que una persona piense que ha de hacer prácticas para conseguir un puesto de trabajo más adelante. Esta es la respuesta personal; o sea, que es el único camino que tiene. Pero en un nivel sistémico es bastante chocante, porque estamos aceptando ya una cultura de trabajo no remunerado y encima incentivado por padres, escuelas y universidades.

Se supone que hacer prácticas sí sirve para conseguir un trabajo, ¿no?

Los economistas especializados en teorías de mercado de trabajo dicen que es una forma de señalar que sabes trabajar, que te adaptas al entorno de trabajo, que eres empleable; pero las condiciones en el mercado de trabajo están tan mal que ya no basta con haber hecho prácticas en una empresa: has de hacer en cuatro o cinco. Y si hacer prácticas es un requisito para trabajar, pues empieza a perder sentido. Ya hay una jerarquía de puestos para hacer prácticas. Algunos son más prestigiosos que otros.

Pero esto no deja de ser un problema de jóvenes pertenecientes a familias de clase alta, ¿no?

No necesariamente. Es verdad que para la gente de nivel socioeconómico bajo no es un tema muy relevante, tiene otros problemas; pero con la explosión del número de becarios de la última década, las prácticas se extienden ya por un amplio segmento de las clases medias además de los estratos más adinerados. Muchos jóvenes han de trabajar para financiar las prácticas...

¿Se están creando tensiones entre trabajadores remunerados y becarios?

Hay toda un área de empleo en la cual ya se considera que es normal trabajar gratuitamente. Y eso sí crea divisiones. Hay una percepción de becarios como esquiroles, pero no es justo, porque no les queda más remedio que hacer lo que hacen. Lo que se debería hacer es denunciar prácticas ilegales e intentar incluir a los becarios en actividades sindicales.

Habla en el libro de los becarios de Disney World. ¿Ellos también trabajan sin cobrar?

No. Disney paga el salario mínimo. Pero como trabajan en el parque, deben alojarse en residencias que pertenecen a Disney e ir de compras a sus tiendas, de modo que la empresa recupera el dinero. Durante algunas semanas de verano, la mitad de los trabajadores de Disney World son becarios. Muchos están recogiendo basura o haciendo de aparcacoches. Es una fuerza de trabajo muy barata para Disney.

¿Por qué lo hacen?

Porque creen que se lo van a pasar bien. Es Disney World, al fin y al cabo. Van a estar con gente de su edad. Piensan que va a ser una gran frat party (fiesta de universitarios). Y, además, te dan créditos para la carrera universitaria si la haces. Es lo que ahora se llama educación experiencia. Cada vez más, las universidades exigen haber hecho prácticas en alguna empresa para acabar la carrera. Es una forma de externalizar la responsabilidad de enseñar. Mandas a los estudiantes a Disney y ahorras dinero.

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