Patronal y expertos prevén repatriaciones de plantas como la de Injusa, que ha generado 30 empleos. Algunos talleres textiles del Vallès asumen confección que antes se hacía en el país asiático.
En Ibi (Alicante) hay 30 empleados que están de enhorabuena. Con un paro general galopante, han empezado a trabajar este año en el fabricante de juguetes Injusa o en sus proveedores gracias a la "vuelta a casa" de la producción que fue trasladada a China hace años. "Tomamos la decisión de retomar la actividad en España hace apenas un año debido a la inestabilidad existente en China en cuanto a precios y fiabilidad en el servicio", explica Luis Berbegal, director general de Injusa.
El caso de Injusa es solo la avanzadilla de una tendencia a la relocalización de fábricas que los empresarios y los expertos consideran que acaba de empezar y que se incrementará en los próximos años debido al aumento de los costes laborales en China. En Estados Unidos, el potencial de creación de empleo mediante la repatriación de producción puede alcanzar los tres millones de puestos de trabajo, según un estudio de Boston Consulting Group.
Aunque para Europa no hay estimaciones equiparables, todo apunta a que el potencial también será elevado. Con el traslado de producción de Injusa, que se encuentra ahora al 95%, la compañía asegura que ha ganado en flexibilidad, estabilidad de precios y "muchas más garantías de cumplir compromisos en tiempo y forma" con los clientes que compran sus juguetes, básicamente triciclos y bicicletas.
La operación de retorno industrial también está beneficiando ya a algunos talleres de confección del Vallès que empiezan a recibir más encargos por parte de marcas implantadas en Catalunya. Sin embargo, el temor a desvelar el origen de las prendas de diseñadores de prestigio hace que sus proveedores no se atrevan a explicar sus casos.