Xavier López García, Director general del Grup Clade: "Hablamos de valores como una sucesión de palabras bonitas que nadie objetará, que quedan en el mundo de los intangibles. ¿Cómo medirlos? Con los comportamientos y resultados de nuestras acciones."

No hay nada más práctico que un buen principio. Shigeo Shingo, padre del sistema Toyota, dice también que la coherencia entre el pensamiento, el comportamiento y las acciones es la base de los resultados a largo plazo. Hay palabras que de tanto utilizarlas devienen tópicas y antipáticas. Algo parecido a lo que está ocurriendo con el término valores. Hablamos sin ton ni son de valores como una sucesión de palabras bonitas que nadie objetará, que quedan en el mundo de los intangibles. ¿Cómo medir los valores? Con los comportamientos y con los resultados de nuestras acciones. Y eso ya es tangible y medible.

Desgraciadamente, dedicamos poco tiempo a reflexionar sobre los valores en nuestras empresas. O sea, a reflexionar sobre cuáles son los principios de comportamiento y creencias compartidas. Se suele dedicar un tiempo insuficiente a los procesos de planificación estratégica, cuando no los pasamos completamente por alto. "Eso es filosofía", dicen algunos, mientras otros piensan que es preciso ser prácticos e ir al grano. Es un grave error. Si bien es evidente que es preciso un tiempo para el debate y otro para la acción, la reflexión sobre los valores de nuestras organizaciones, y sobre todo cómo hacerlos tangibles, no es tiempo perdido. Los valores determinan nuestra forma de actuar, son los fundamentos de nuestra identidad y condicionan totalmente los resultados. ¿O no es cierto que la crisis mundial responde a los comportamientos derivados de unos determinados valores? Hay una relación directa entre los valores y los resultados que queremos obtener: queremos ganancia rápida y a cualquier precio…

En cambio, si queremos desarrollar proyectos sostenibles a largo plazo, quizás será mejor que nuestras organizaciones incorporen los valores de la innovación, la responsabilidad social y ambiental y la participación de las personas. Clade, un grupo multisectorial de empresas cooperativas, propone reflexionar sobre dos valores. Por un lado, las personas como corazón de nuestras organizaciones y, por otro, la cooperación como elemento esencial para afrontar con garantías los retos del futuro. Aunque, si nos creemos estos valores, hemos de actuar con coherencia. Implicando a las personas en la gestión, en los resultados y también, por qué no, en la propiedad. Personas con talento, implicadas y comprometidas con el proyecto forman un equipo imbatible.

Organizaciones basadas en las personas y propensas a cooperar tendrán más capacidad de éxito a largo plazo y serán más sostenibles, tanto desde el punto de vista económico como social y medioambiental, que en definitiva es de lo que se trata.

Acceso a página web de Clade: http://www.grupclade.com

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