Durante 2009, hemos dado paseos por cordilleras con riesgo de aludes: las primeras –los proyectos acometidos- no han estado exentas de problemas –los segundos- que, con mayor o menor tamaño, nos han obligado a tomar decisiones con consecuencias varias. Gestionar el cambio en situaciones extremas es una suerte de “al filo de lo imposible” del directivo de hoy.
Publicado en el número 43 de la revista, de febrero de 2010