Bruselas acaba de aprobar la Directiva de Servicios, una legislación que pretende crear un mercado único europeo de servicios, como el que ya existe de mercancías. Sin embargo, ha levantado la polémica entre sindicatos y patronales de todo el continente.

La Directiva fue uno de los factores decisivos que motivaron el ‘no’ de Francia a la Constitución Europea y ha provocado manifestaciones en Polonia y otros estados miembros. Afectará a todos los proveedores de servicios de la Unión Europea, un sector que representa el 70% del PIB del continente.

Los partidarios

El Tratado de Roma de 1957 ya dio libertad de movimientos a los servicios, así como a las personas y los bienes dentro de la UE. Pero en la práctica sigue habiendo muchas barreras para la libre circulación de servicios.

A menudo hay que realizar procesos largos y complicados para obtener licencias y permisos. Hay poca información disponible sobre los requisitos legales y, muchas veces, las empresas tienen que establecer una base permanente en el país donde quieran operar. Sigue existiendo una discriminación generalizada por razones de nacionalidad.

El propósito de la Directiva de Servicios es eliminar estas barreras. Ha sido recomendada insistentemente por las asociaciones empresariales como, por ejemplo, la Federación de Pequeñas Empresas. Su presidenta de Asuntos Europeos, Tina Sommer, afirma: “Es imposible el crecimiento de las pequeñas empresas en Europa con la legislación actual. Se estima que la Directiva crearía 600.000 empleos.”

James Walsh, jefe de Asuntos Europeos y de Regulación del Institute of Directors, indica: “Actualmente, las compañías han de registrarse en muchos lugares, rellenar papeleo en otros tantos e ir todavía a muchos más sitios para conseguir la información necesaria. Si todo esto se pudiera llevar a cabo en un solo lugar animaría a muchas empresas a salir al exterior.”

Los detractores

Hasta el 16 de febrero de 2006, las principales críticas sobre la Directiva fueron dirigidas al Principio del país de origen. Implica que una empresa puede ofrecer sus servicios en otro siguiendo las normas y regulaciones laborales de su país de origen.

Janet Williamson, directora de Política en la Trade Union Congress (TUC), el principal sindicato del Reino Unido, opina: “Habría significado que se pudieran aplicar 25 normativas empresariales a un solo país. También habría provocado que muchas empresas se deslocalizasen a países con salarios más bajos y menos regulaciones.”

Sin embargo, el Parlamento vetó este Principio, y los proveedores de servicios serán regulados por las normativas de los países en los que quieran ofrecer sus servicios. Se acordó también un listado de razones que los países podrán argüir para restringir las actividades de una empresa de servicios extranjera. Incluyen motivos como la seguridad nacional, la salud pública y la protección del medio ambiente.

No todos están de acuerdo con estos cambios. John Cridland, Vicedirector General del CBI, la Patronal británica, cree que el compromiso final sólo representa una versión debilitada de una Directiva que prometía un mercado único europeo y abierto a los servicios. “La probabilidad de que la UE consiga la libre circulación de servicios, uno de sus principios fundamentales, ha disminuido mucho en un futuro inmediato.”

El Parlamento también ha excluido una serie de sectores de la Directiva, uno de los cuáles es el de servicios de selección. Anne Fairweather, directora de relaciones exteriores de la Confederación de Reclutamiento y Selección, cree que es una ocasión perdida. “Sigue habiendo veinte millones de desempleados en la UE y las agencias de trabajo temporal, que colocan a cuatro millones de personas en un empleo cada día, pueden ayudar a reducir esa cifra.” Para ella esta decisión se basó en los prejuicios contra el sector de la selección.

El futuro

Hay un largo camino por recorrer antes de que la Directiva de Servicios se trasponga a las legislaciones nacionales, entre ellas la británica. Se discutirá en la cumbre de la UE del próximo marzo y, en abril, la Comisión entregará una nueva versión, habiendo tenido en cuenta la posición del Parlamento.

Si se puede lograr el acuerdo político, volverá al Parlamento para una segunda lectura. Posiblemente, la Directiva se apruebe definitivamente este año, pero es poco probable que se implemente en las legislaciones nacionales antes del 2009. A pesar de todo, se acaba de dar un paso importante hacia un mercado único de servicios en la UE.

Acceso a la noticia: http://www.personneltoday.com/Articles/2006/02/21/34036/Directive+deconstructed+what+the+new+Services+Directive+means+for.htm

* Blyth, Alex. “Directive deconstructed: what the new Services Directive means for employers”. Personneltoday.com, 07/02/2006. (Artículo consultado on line: 21/02/2006)

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