Conseguir empleados más felices es un reto para muchas empresas, que hacen lo imposible por crear un entorno laboral agradable. Para lograrlo, hay pocas recetas de éxito.

Cada vez son más las empresas preocupadas por convertirse en los mejores lugares para trabajar. Horarios más flexibles, oficinas más cómodas, formación a medida o trabajos solidarios son sólo algunas de las iniciativas desarrolladas por grandes empresas como Iberdrola, Procter & Gamble, Microsoft, Media Planning, ING Nationale Nederlanden, Coface, MRW, Sanitas o Brystol Myers Squibb. Pero aún los resultados no son todo lo satisfactorios que les gustaría, según manifestaron los directores de recursos humanos de estas compañías en la última Tertulia E&E, organizada en colaboración con Manpower.

Emilio Duró, socio de Iter Consultores y ponente en este encuentro, sugirió a los responsables de gestión de personas de estas firmas la forma más eficaz de recuperar el entusiasmo entre los empleados: "Las empresas sólo deben asumir la obligación económica de entusiasmar a las personas, ya que la capacidad para ser felices reside en los propios individuos". Esto que ya dejaron escrito hace miles de años pensadores como Séneca y Boecio, sigue siendo una incógnita para muchos profesionales incapaces de ponerse a buscar en su interior aquello que les haga sentirse bien.

Acabar con las quejas

Una de las conclusiones generales del encuentro hacía referencia a que, en muchas ocasiones, las iniciativas que ponen en marcha las empresas para despertar el potencial de sus empleados se ven truncadas por profesionales desmotivados, desagradecidos y con los que es imposible trabajar sin escuchar una queja. Para Duró, la solución pasa por estructurar y personalizar cada iniciativa destinada a motivar a la plantilla, además de que las compañías intenten en la medida de lo posible seleccionar a sus trabajadores en función de su coeficiente de optimismo. "El feliz es optimista, no se queja, es proactivo y flexible. Lo que no le gusta lo cambia y frente a la adversidad se crece", explica Duró. A la larga, esta estrategia beneficia a todos porque es una actitud que tiende a contagiarse. "Por eso resulta imprescindible poner personas optimistas al frente de cada equipo", recomienda Carolina Carretero, de Coface.

Según Duró, las personalidades pesimistas se convierten en un problema para las empresas cuando se traducen en bajas laborales que minan sus cuentas de resultados. "Ni siquiera el teletrabajo hace que la gente sea más feliz en su vida laboral, ya que está demostrado que multiplica por cuatro las depresiones", explica Duró. No tener que arreglarse para ir a la oficina o tener el frigorífico a escasos metros puede ser contraproducente. Pilar Pérez, de Procter & Gamble, apunta que las medidas que se pongan en marcha tienen que generar un compromiso en el individuo, lo que incidirá de forma positiva en los resultados.

Sanitas ha implantado un programa piloto, que permite a los empleados pasar hasta un cuarenta por ciento de la jornada laboral en su domicilio, "siempre y cuando se vea como una oportunidad y no como un marrón", señala Coral González, directora de recursos humanos de la aseguradora, quien añade "que también los jefes tienen que aprender a gestionar personas que no estén en la oficina".

Rafael Herrera, director de funciones corporativas y compensación de Iberdrola, explica que cuando los empleados perciben que las iniciativas desarrolladas les benefician el éxito para la empresa es total: "Para lograrlo, tenemos que conocer cada necesidad, escuchar, crear un clima de confianza y con esa información tomar las decisiones oportunas". En Coface, por ejemplo, son los propios empleados los que organizan charlas para sus compañeros sobre temas prácticos y de actualidad, mientras en ING, durante el tiempo de la comida, los trabajadores dan conferencias sobre las distintas aficiones –jardinería, libros, cine, etcétera– que desarrollan en su vida personal.

Carlos Romero–Camacho, de Bristol Myers Squibb, considera poco rentable tomar decisiones multitudinarias. En cualquier caso, Elena Dinesen, de Microsoft, asegura que, "ninguna de estas medidas tienen sentido si no se cuenta con el apoyo de la alta dirección, ya que hay que predicar desde arriba".

Guía para alcanzar la felicidad

Emilio Duró cuenta que no existe una guía para alcanzar la felicidad plena pero recurrir a la máxima clásica Mens sana in corpore sano puede ser un buen principio. Pero, ¿qué es lo que hay qué hacer para conseguirlo? Partiendo de la premisa de que la felicidad reside en el interior de uno mismo, Duró establece cuatro factores que pueden ayudar a cada individuo en esta búsqueda: mantenerse en forma, desarrollar la mente, cultivar el espíritu e insistir en la manifestación de las emociones. Cada una de estas fases "requiere esfuerzo y disciplina, ya que todo lo relacionado con dejarse llevar conduce a la infelicidad", explica Duró. En concreto, este experto señala la fase de las emociones como la más delicada: "Es la de mayor complicación porque hay que buscar en uno mismo y a veces encontramos cosas que no nos gustan demasiado. Además, es la parte más dura por la dificultad que tiene cambiar la forma de ser de las personas". En relación con la empresa, Duró hace hincapié en la oportunidad que da el trabajo para alcanzar la felicidad, pero a partir de ciertas pautas, y destaca la posibilidad de imitar. Cuando alguien se incorpora a una empresa tiene que plantearse un recorrido a largo plazo y ponerse al lado de los más brillantes para tomar las decisiones adecuadas: "La innovación y la lógica hay que dejarla para cuando uno tiene más experiencia", explica.

Emilio Duró
Consultor

  • “La mayoría de los humanos no cuenta con recursos propios para ser feliz. Nuestro comportamiento adulto es el fruto de los tres primeros años de vida”.
  • "Vivimos en una sociedad en la que se ha puesto de moda el mal humor".
  • "Las personas que se ilusionan con todo son las que triunfan en la vida".
  • "La capacidad de reir incrementala memoria".
  • "Las empresas tienen que ser capaces de seleccionar personas felices".
  • " La negatividad se contagia más rápidamente que el optimismo".
  • " La gente pasa días excusándose de su fracaso y no pensando qué va a hacer".

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