Entrevista de "La Contra" de La Vanguardia a Jonas Riddersträle, gurú de la nueva economía y autor de Funky Business: "Las empresas tienen muchos sistemas para que los jefes experimenten el éxito, pero muy pocos para que los de abajo también lo saboreen."

Tengo 39 años: cuanto mayor, más consciente de mi ignorancia, pero también de que no es necesario saberlo todo. Nací en Suecia. Liderar es lograr que gente normal haga cosas extraordinarias. Amo a Dios sin intermediarios. Son los talentos los que eligen a su empresa, y no al revés. Colaboro con la Associació Empresarial de Publicitat.

Desde la caída del comunismo, asistimos en todo el planeta a una explosión de libertad: jamás pudimos elegir tanto en nuestra vida privada y nunca desplanificamos tanto la economía. Hoy las empresas pueden decidir mucho más que los gobiernos.

- Al cabo, el progreso es el ensanchamiento de la capacidad humana de elegir.

- Y cada vez podemos escoger más. Mi padre era pescador en un pueblo de la costa sueca; su padre era pescador, y el padre de su padre también era pescador. ¿Quién ha tenido más libertad para decidir su profesión: mi padre o yo?

- A usted no le va mal.

- Porque he podido elegir. ¿Quién puede determinar con más libertad cuántos hijos quiere: usted o sus abuelos, que no conocían la píldora? ¿Quién tiene más libertad: mi hija o mi abuela, que no tuvo ni derecho a votar? ¡Todos somos más libres!

- ¿Pero por eso más felices?

- La libertad es irrenunciable: tenerla puede parecer malo, pero no tenerla seguro que es peor. El ser humano sólo lo es en cuanto asume toda la libertad posible, con la responsabilidad que lleva aparejada, y hoy el progreso tecnológico, económico y político que heredamos nos da el mayor grado de libertad que ha tenido el ser humano.

- Y con ella, la angustia de tener que elegir.

- Y la inmensa oportunidad de equivocarse, rectificar y acertar. Esa libertad se deposita en las empresas, que son mucho más de lo que fueron en el capitalismo tradicional. Antes sólo eran asociaciones de intereses privados que competían por acaparar recursos materiales y financieros: propiedades y dinero.

- Me temo que en eso no han cambiado.

- Ganar dinero y acumular bienes sigue siendo necesario, pero ya no es suficiente. Las empresas con futuro están creando valor no sólo en recursos financieros o materiales, sino también en capital intelectual, en capital social y en capital psicológico. Puesto que tienen mucha más libertad, también se les exige más responsabilidad social y humana.

- Yo las veo obsesionadas por el cash.

- Y lo han acumulado. Hoy, dinero sobra. Sobra dinero y faltan ideas. Fíjese en cómo están los mercados: se ofrecen cifras exorbitantes por empresas sin recorrido. Por eso el dinero, los tipos de interés, está tan barato...

- Al menos por ahora...

- Faltan ideas y proyectos que absorban capital como lo hicieron el ferrocarril o la electricidad en su día. Por eso sólo sobrevivirán las empresas que cuidan su capital intelectual tanto como su cuenta de resultados.

- ¿Cómo?

- Son positivos los brainstormings, el pensamiento lateral y otros modos de liberar la mente: era necesario desjerarquizar las neuronas de las empresas, porque una neurona en posición de firmes no puede trabajar.

- ¿No es suficiente?

- Esa libertad debe dejar de reservarse para la hora del recreo y convertirse en contenido de las horas de trabajo. La creatividad tiene que ser un hábito, no una excepción, y además debe estar institucionalizada. No puede ser que la sociedad entera sea libre para innovar en formas de vida y relación mientras la libertad y los derechos se acaban en la puerta de tu empresa.

- Bien, pero ¿cómo evitar el absentismo?

- Con aún más libertad y más responsabilidad. Libertad y, al cabo de un plazo, la exigencia de responsabilidad y de resultados: ambas son inseparables. La innovación no se puede regular del mismo modo taylorista y mecánico como se regulaba una cadena de montaje con el reloj en la mano.

- ¿De dónde saldrán tantas nuevas ideas?

- De la diversidad: sólo la mujer, las minorías, los diferentes, saben mirar el mundo con otros ojos y recrearlo, y crear mejores productos y servicios para esta nueva realidad.

- No dice usted nada nuevo.

- Creo en las cuotas: ¿cuántas empresas tienen mujeres en sus órganos de decisión?

- En los consejos de las empresas del Ibex, sólo son señoras un 3,3 por ciento.

- ¿Y quieren ustedes innovar? Esos consejos de administración sólo sirven para perpetuar privilegios. Llevamos un siglo hablando de dar poder a las mujeres, pero es como clavar la estaca en el corazón del drácula machista: lo matamos de boquilla, pero en realidad siempre resucita y nos chupa la sangre.

- Le dirán que amenaza el mercado libre.

- Tiene una lógica evolutiva. El hombre ha sobrevivido porque siempre tiende a reducir la incertidumbre, y durante milenios han mandado los varones. Así, aunque la retórica igualitaria se imponga en apariencia, en la realidad quienes eligen a sus directivos siguen creyendo sólo en otros machos como ellos: les parece menos arriesgado.

- Así es difícil crear capital social.

- Por eso en una empresa que no es portadora de valores, que no es capaz de crear sentido, sus empleados también crearán productos y servicios sin sentido. Cada profesional de una firma debe estar orgulloso, más allá del sueldo, de que su trabajo crea valor para toda la sociedad. Sólo así también creamos capital psicológico.

- ¿Orgullo de empresa?

- Pero bien repartido. Las empresas tienen muchos sistemas para que los jefes experimenten el éxito y aumenten su autoconfianza, pero muy pocos para que los de abajo también saboreen el triunfo. Todos felicitan al jefe por los buenos resultados, pero quienes los hacen posibles no salen en la foto. Hacer que todos experimenten el éxito y aumenten su autoconfianza es crear capital psicológico que se reflejará también en los números.


EUROPEOS

Ridderstrale, cerebro de la Universidad de Estocolmo, cree en un estilo europeo de gestión frente al norteamericano impuesto por la globalización. Se siente europeo siempre "excepto cuando Suecia juega en el Mundial". Y lanza otros sugerentes lemas: "No hay futuro en paz sin Europa unida y no lo estará sin lengua común y sin sentido práctico: si unimos ambos, concluiremos que todos tenemos que saber inglés". "¡Derribemos las estatuas de Nelson, Napoleón, Bismarck y otros dudosos héroes que lo fueron por asesinar en masa a otros europeos! ¡Necesitamos héroes de la paz europea como Picasso, Mozart o Einstein!" "El sueño europeo es una sociedad abierta: por eso hoy vienen aquí los cerebros del mundo, porque hoy somos más abiertos y justos que EE.UU."

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