A modo de introducción
La evaluación de las competencias a la que hará referencia este artículo forma parte de la responsabilidad que tiene el mando en el desarrollo de su equipo y de las personas que lo conforman.
Por desarrollo de equipos y personas entendemos el proceso enfocado a la ampliación de facultades profesionales y/o la solución de problemas a partir de la realidad actual de un/a profesional o de un equipo.
Aunque esta función sea obvia y se suponga en el caudal funcional de aquellas personas que tienen responsabilidades de dirección y mando, es relativamente nueva y ha sido vinculada paralelamente al despliegue del modelo de gestión por competencias, modelo que presupone que uno de los valores que tiene que aportar el mando a su equipo es el de establecer mecanismos y facilitar la adaptación de éste a las necesidades que la organización y las personas generan ante un entorno que está constantemente en cambio y plantea nuevos retos.
Una competencia es el comportamiento regular y observable de una persona en el tiempo, que integra los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para desarrollar en la práctica y con éxito las responsabilidades y tareas encomendadas en un entorno organizativo concreto.
La evaluación de las competencias profesionales es útil para:
- Seleccionar futuros trabajadores/as
- Aplicar criterios de reconocimiento
- Potenciar el desarrollo de los perfiles profesionales
- Facilitar la adaptación al puesto de trabajo
- Favorecer la comunicación entre el mando y el equipo