Una macro encuesta recoge la opinión de 21.000 personas de 20 países. Los ciudadanos reflejan un cambio en el tradicional concepto de jubilación. Los mayores quieren continuar trabajando, aunque con ciertas facilidades.

Un estudio mundial señala que a los jubilados les gustaría seguir trabajando, aunque con más facilidades. A John Browne, director general del BP, le encantaría saber que existe una opinión pública mundial que le apoya. Desde Brasil a China, y desde Polonia a EEUU, la gente comparte la visión de Browne expuesta en el Financial Times, consistente en que la gente mayor debería tener una mayor capacidad de elección tras su jubilación.

La mayoría de la gente perteneciente a 20 países, en los que se incluye el 62 por ciento de la población mundial, dice que les gustaría seguir trabajando de alguna forma tras su jubilación, según un estudio publicado ayer por el grupo bancario internacional HSBC. La opinión más favorable en este sentido se encuentra en México, donde el 90 por ciento afirma que éste constituiría su ideal. Pero, incluso en Hong Kong, donde la población es menos entusiasta de extender la vida laboral, a más de la mitad de los encuestados les gustaría hacerlo.

Este sentimiento forma parte de una redefinición acerca del concepto de jubilación entendida como una fase de retiro, entretenimiento y muerte, a una etapa en la que es posible alternar períodos de trabajo junto a tiempo libre, familia, viajes y nuevos roles dentro y fuera del ámbito laboral.

El estudio, que conforma la segunda fase de una ambiciosa investigación acerca del futuro de los jubilados por parte del HSBC, concluye que tales aspiraciones, derivadas en parte del aumento de la esperanza de vida y la concienciación del coste económico de la vejez, tienen una mayor presencia en las economías avanzadas, con medio siglo de experiencia en el actual sistema de retiro ocioso. De todas formas, incluso en las economías tradicionales, donde la jubilación se entiende como un tiempo de merecido retiro y relajación, parte de la gente empieza a verlo como una nueva etapa activa de la vida.

Un nuevo concepto de jubilación

¿Por qué la gente quiere seguir trabajando? La primera razón varía según los países: en India, Rusia, Turquía, Francia y EEUU, se relaciona con el aumento de la capacidad adquisitiva; en Arabia Saudí, Egipto, Malasia y China, consiste en hacer algo importante y útil; en México y Brasil es para permanecer físicamente activo.

En los países desarrollados, la gente quiere trabajar para ser reubicada si con ello retrasan su jubilación. Algunos prefieren trabajar menos horas, otros prefieren cambiar de actividad, como dice un empleado: “Me encantaría tener la oportunidad de aprender nuevas cosas o tener compañeros más jóvenes que me enseñaran, eso me animaría a seguir trabajando como alternativa a la jubilación”.

Pero la investigación indica que también existen muchos trabajadores que no coinciden con esta redefinición de jubilación. Este año HSBC ha ampliado el estudio desde las 11.500 personas a las 21.000, y de 10 a 20 países, incluyendo además por primera vez la opinión de 6.000 empresarios del sector privado. Dada la insistencia en los programas de prejubilación y los estereotipos negativos acerca de la gente mayor, resulta que estos empresarios mantienen una visión sorprendentemente positiva sobre los trabajadores de edad avanzada. La mayoría de los encuestados en el estudio coincide en que la gente mayor es más leal y fiable que sus colegas más jóvenes, e igualmente productivos y motivados, pero con una menor capacidad para aplicar y aprender el manejo de las nuevas tecnologías. Los empresarios de EEUU y Reino Unido son los que ofrecen una visión más optimista en este sentido.

Sin embargo, la opinión está más diferenciada cuando se refiere a la aplicación de medidas activas para contratar, retener, entrenar y motivar a los trabajadores de mayor edad. Mientras que la mayoría dice que les ofrecen la posibilidad de asesorar y enseñar a los mas jóvenes, y casi la mitad opina que pueden aprender nuevas actividades, tan sólo el 30 por ciento les ofrece la oportunidad de trabajar menos horas, y apenas el 37% la posibilidad de desarrollar “nuevas actividades laborales”.

El principal motivo por el que las empresas no actúan en este ámbito “es que no se trata de un tema urgente”. Aunque existen empresas que no coinciden con esta opinión –la mitad de la plantilla de BP, perteneciente al departamento de investigación y producción, es mayor de 45 años–. Otra de las razones por las que los empresarios no tienen en consideración al sector de edad más avanzada deriva de la realización de trabajos excesivamente físicos, las regulaciones estatales, las políticas sindicales, y que la gente mayor resulta demasiado cara. Ken Dychtwald, presidente de la consultora Age Wave y consejero del departamento de jubilación de HSBC, dice que el mayor coste laboral de los trabajadores en edad avanzada representa un problema.

”Muchos empresarios dirán que los empleados mayores ganan más por el mismo trabajo que los jóvenes”, afirma. A pesar de los obstáculos observa ciertas señales de cambio. Los empresarios reconocen que deberían ofrecer mayores oportunidades de las que actualmente aplican. “Normalmente creemos que la gente mayor no está hecha para el trabajo”, declara Dychtwald. “La idea central del estudio consiste en que este espectro de empleados cuenta con el suficiente peso e influencia como para reformar el mundo laboral, con lo que los jóvenes se podrían beneficiar de aspectos importantes incluidos en esta investigación”. Por otra parte, conseguir que la gente ahorre para su jubilación cuenta con un mayor apoyo social que subir los impuestos, aumentar la edad para jubilarse o recortar pensiones para financiar los costes de la población de mayor edad, según el estudio.

Ahorrar para la vejez

El 37 por ciento prefiere que el Gobierno financie los planes públicos de pensiones a través de fondos adicionales privados, mientras que el 24 por ciento opta por retrasar la edad de jubilación, el 13 por ciento aumentar los impuestos y el 7 por ciento recortar las pensiones. “Por primera vez, este estudio refleja el apoyo social hacia determinadas sistemas de ahorro obligatorio para la jubilación”, dijo Sarah Harper, directora del Instituto del Envejecimiento de Oxford, que trabajó con HSBC sobre el “futuro de la jubilación”. Las excepciones a estas conclusiones son Singapur y Japón, donde la gente prefiere retrasar la edad de jubilación, así como China y Suecia, donde optan mayoritariamente por la subida de impuestos.

El hecho de que los encuestados prefieran un sistema de ahorro privado de carácter obligatorio coincide con la opinión de muchos economistas, que consideran que la gente es más feliz y el nivel de ahorros es mayor si se ven forzados a contratar planes de pensiones con la opción de poder ser cancelados. Más del 40 por ciento consideró que las personas deberían hacerse cargo de la mayoría del coste de su jubilación a través de planes de ahorro privados o bien retrasando su edad de jubilación; el 20por ciento dijo que el coste lo deberían afrontar sus hijos o los miembros de la familia; mientras que el 5 por ciento opinó que de ello se deberían encargar los empresarios. La mayoría de los empresarios encuestados dijeron que los mayores son tan fiables y motivados como los jóvenes.

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