Los costes no perdonan y cada vez son más las empresas industriales que se enfrentan a un dilema crucial: cambiar el núcleo del negocio o abrir plantas en países 'low cost ', ante la tercera alternativa que nadie desea, cerrar las puertas.

Muchas empresas catalanas han emprendido la aventura internacional en los últimos años y el Centre Metal · lúrgic (CM), con sede en Sabadell, ha recogido las experiencias de algunas de ellas en un estudio dirigido por el profesor Eliseu Santandreu, consultor del Centre. "Todas las pymes examinadas coinciden en que Catalunya debe actuar con mayor contundencia ya que las decisiones de ir a países ´low cost´las están tomando la mayoría de países industrializados, por lo que a medio plazo, esa oportunidad dejará de tener las ventajas actuales".

Las experiencias recogidas son en general positivas. A pesar de ello, Gabriel Torras, director general de CM, advierte que "salir al exterior no es fácil para las empresas pequeñas, ya que los países receptores no ven igual -en términos de facilidades-una inversión de un millón de euros que una de muy superior". Con todo, anima a las industrias a dar el paso, ya que de lo contrario les espera "sufrir y sufrir. Hay un goteo incesante de pymes que cierran y que no tienen un tamaño suficiente para ser tratadas mediáticamente. Afortunadamente, ante la falta de mano de obra preparada, los trabajadores se reabsorben en gran parte".

Ramón Alberich, presidente del Centre Metal·lúrgic, explica que la decisión de dar el salto viene propiciada por dos hechos. "La política de compras global de las grandes empresas está orientada a los países ´low cost´, entendiendo por tales, los de Oriente, Este de Europa y Sudamérica. El segundo hecho está basado en la competitividad y los precios más bajos que se obtienen en estos países". Estima que los empresarios del sector en general son optimistas en estos momentos, aunque lanza una advertencia: "el optimismo nace de los crecimientos de las ventas, pero, ¡ojo!, éstas se realizan con unos márgenes cada vez menores y eso tiene un límite evidente..."


GESTIÓN

ESTAMPACIONS SABADELL

"La logística es clave para ir al Este de Europa"

"Decidimos ir a la República Checa por un tema logístico. Es clave para el sector del automóvil. Habíamos ganado mucho mercado en Alemania y Suecia y los envíos desde Barcelona tenían un coste muy alto", explica Ferrán Fornos, director general del grupo Estampacions Sabadell, una empresa del sector del automóvil, con mil trabajadores y sede en el P. I. Riera de Caldes (Barcelona) y dos plantas en Praga. "Empezamos con una pequeña fábrica en la República Checa en 1997. En el 2000 inauguramos una planta más grande y dado que se trabajaba a tope, compramos una planta adicional hace tres meses también en aquel país. A diferencia de la primera, esta segunda planta la tenemos por razones de mercado, ya que los costes salariales son una tercera parte de los de aquí, con gente muy preparada".

Entre los problemas que han debido afrontar señala un nivel burocrático mucho mayor que en España, el idioma y la necesidad de formar a la gente en los sistemas con que se opera aquí, mucho más adelantados. "Ha costado mucho hacerles entrar en la cultura de la productividad porque su mentalidad es muy diferente a la nuestra". Señala un problema para los que decidan ir. "Hace 10 años era fácil encontrar gente. Ahora, no. No hay paro y la burocratización ha aumentado. Implantarse hoy es mucho más complicado". Con respecto a la planta catalana, "seguirá siendo nuestro centro de decisiones y la ingeniería seguirá estando aquí. Nuestra gente no vio mal que fuéramos a Chequia. Si no lo hacíamos perdíamos el esfuerzo realizado con nuestros clientes durante muchos años. Además, no hemos cerrado nada aquí, simplemente hemos abierto allí"

TADE

"Cada destino tiene su fecha de caducidad"

Con sede en Sabadell, TADE es una empresa fundada en 1963, que se dedica a la estampación metálica y matricería, da empleo a74 personas y dispone de una planta en Eslovaquia. Su consejero delegado, Ramón Alberich, también presidente del Centre Metal. lúrgic, explica que "preparamos un plan trienal de desarrollo en 2003, basado en dos líneas estratégicas, una dirigida al mercado nacional con la ampliación de nuestra gama de prensas y otra, la implantación productiva en los países del Este de Europa, donde muchos de nuestros clientes o se deslocalizaban hacia allí o bien orientaban el grueso de sus compras a aquellos mercados. La oportunidad de crecimiento del negocio con uno de nuestros clientes, condicionó nuestra implantación cerca de una de sus plantas de montaje, en Eslovaquia".

Explica el esfuerzo que les ha supuesto. "Nuestra empresa es de reducida dimensión y los esfuerzos han sido importantes, sobre todo en dos terrenos, en el financiero y en el de los recursos humanos, sobre todo en la formación y capacitación de las personas que se han hecho cargo del proyecto que son todas eslovacas".

Respecto a la planta de Sabadell, afirma que "nunca nos hemos planteado la posibilidad de reducir las cifras de nuestro país, sería ir hacia atrás. Vemos el proyecto como una línea de desarrollo y crecimiento de nuestra empresa , imprescindible para asegurarnos la continuidad". Y añade que "no creo en absoluto en la deslocalización total de nuestras empresas, es más, pienso que el fenómeno de la deslocalización es muy dinámico y el interés de cada destino tiene fecha de caducidad. Lo que hapasado con España respecto a la UE, pasará también con los países que hoy son low cost"

CELO

"O los seguimos o nos retiramos"

Celo es una pyme con sede en Castellar del Vallès (Barcelona) que se dedica a la tornillería estampada de precisión. Fue fundada en 1963 y da trabajo a más de 150 personas. Hoy tiene una planta en Taicang, al norte de Shanghai, en China. Su gerente, Ramón Cercavalls, explica las razones que los han llevado a Asia. "La primera y más importante es la de seguir a nuestros clientes fabricantes de los sectores eléctrico, electrónico, electrodoméstico y de automoción que se van estableciendo en China. Nuestros clientes son fundamentalmente grandes multinacionales que buscan el coste. La segunda es que podemos suministrar más fácilmente a nuestros clientes desde dos plataformas. Así, a las fábricas que tienen en Europa les servimos desde Castellar y a las de Asia y América, desde China. Y la tercera es la reducir costes en los productos de poco valor añadido. Había productos en los que habíamos perdido ya la guerra de la competencia con los asiáticos y ahora los hemos vuelto a colocar en el mercado".

Este aspecto resulta crucial y así lo han entendido los trabajadores de la planta catalana. "El proyecto lo hemos explicado con toda transparencia. En el fondo es tan sencillo como que si funciona la planta china, salvaremos la de aqui", comenta. "Las series largas las hacemos allí, mientras las cortas las seguimos haciendo aqui. Si no fuéramos competitivos con las primeras no podríamos hacer las segundas. Eso es evidente y, además, nos ha permitido captar nuevos clientes".

En cuanto a los problemas que han debido afrontar no tiene ninguna duda. "El principal problema está en disponer de gente motivada y con ganas de tirar adelante un proyecto que requiere un sacrificio personal muy importante para los managers involucrados. También ha habido que dedicar un gran esfuerzo en adaptar al personal chino a nuestras formas de trabajar".

IMAVI-DIMAST

"Las pymes también podemos salir"

Esta pyme de Barberà del Vallès (Barcelona), creada en 1964, que cuenta con 65 trabajadores y se dedica a la fabricación de tornillería de alta resistencia fue a China "sin seguir a ningún cliente". Lo decidieron hace dos años y están operativos desde abril de 2006. "El motivo inicial que nos decidió a dar el paso fueron los costes y la competencia que nos llegaba de China y otros países asiáticos. El objetivo era conseguir ser competitivos con los productos de menor valor añadido y poder competir en el mercado europeo. A medida que desarrollábamos el proyecto se iba haciendo evidente que el potencial del mercado interno es un motivo más que suficiente para estar presentes allí amedio ylargo plazo, incluso con toda la gama de productos que tenemos aquí", explica Salvador Puigdollers, director general de la empresa.

Cuando se le inquiere por las dificultades con que se han encontrado en su aventura asiática, responde que "básicamente han sido de tipo cultural. hay muchas diferencias en la manera de hacer y entender los negocios. Hasta que no los conoces se generan muchas situaciones incómodas". Asimismo destaca que "la acogida ha sido muy buena, sobre todo, desde el punto de vista del potencial de aprendizaje que ellos perciben que pueden recibir, tanto a nivel de gestión como técnico". Sin embargo, apunta que "no es fácil encontrar gente, no sólo personal cualificado, sino también operarios con nociones de mecánica capaces de preparar las máquinas de estampación. Por otro lado, nos ha sorprendido el altísimo grado de rotación de personal que hay a todos los niveles".

Con respecto a su apreciación sobre el nivel general de internacionalización de las pymes catalanas cree que "todavía sufrimos un cierto conservadurismo a la hora de mirar los mercados exteriores. pero está demostrado que las pymes también estamos capacitadas llevar a cabo este tipo de proyectos con éxito".


Cuatro ejemplos de internacionalización de pymes del metal

Según los datos de Eurostat, elaborados por PIMEC, puede observarse comola industria manufacturera catalana tiene unos costes laborales unitarios superiores en un 6,6% a la media de la Unión Europea (25), pero que pasan a ser un 48% superiores si se toman como referencia sólo los tres países con una pyme industrial más competitiva, que en este caso son Letonia, Irlanda y Polonia.

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