El actual modo de vida ha puesto a la familia en peligro de extinción, una amenaza que se puede contener con medidas de conciliación. Seis municipios han sido reconocidos por sus iniciativas en beneficio de la familia.
No es fácil encontrar, a simple vista, un rasgo común entre la apacible Palencia y el acomodado municipio madrileño de Pozuelo; como tampoco se parecen Ribadeo (en Galicia) y Granada, o la monumental Salamanca y la balear ciudad de Calviá. Sin embargo, todas ellas cuentan con iniciativas que favorecen la vida familiar, el cuidado de sus miembros más necesitados y el desarrollo personal de sus ciudadanos, unas características por las que han recibido el distintivo efr municipio, que concede la Fundación Másfamilia. “Se trata de un certificado pionero en el mundo, basado en parámetros concretos y medibles. Confío en que éste sea el Big Bang de la certificación de ciudades comprometidas en la conciliación e igualdad de oportunidades de sus habitantes”, asegura Antonio Trueba, presidente de la Fundación.
Cada vez es más patente que está en manos de todos cambiar el modelo laboral de horarios incompatibles con una vida familiar y personal de buena calidad, y es en los municipios, donde están las empresas y trabajan las personas, y en los que se encuentran las concentraciones familiares, donde “es posible fomentar la ayuda a las familias, además de gestionar las políticas familiares de los ciudadanos”. A cambio, “los municipios preocupados por la calidad de vida de sus habitantes gozan de una buena reputación que atrae a otros ciudadanos y trabajadores y que, finalmente, redunda en un beneficio económico”, asegura Trueba.
La falta de tiempo y que el trabajo es incompatible con la familia son argumentos que se repiten entre los ciudadanos de la UE. Pero España goza del dudoso honor de encontrarse entre los países con los peores indicadores de protección familiar. Según el informe del Instituto de Política Familiar (IPF) Evolución de la Familia en España 2010, nuestro país ocupa la posición 25 (sólo adelanta a Portugal y Polonia) en ayuda a las familias (por detrás de Lituania, Estonia o Malta, a los que duplica en PIB). Además, la media europea que se destina en Europa a este capítulo es del 2,2% del PIB, muy lejos del 1,2% de España y del 3,9% de Dinamarca que, con Luxemburgo y Austria, ocupan el podio de ayudas a las familias.
Trueba destaca que “sólo el 10% de las familias españolas recibe algún tipo de apoyo, mientras que esa cifra es del 100% en Grecia. Esta realidad choca frontalmente con el artículo 16.3 de la Declaración de los Derechos del Hombre, que destaca que la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado“.
Los datos ponen de relieve la necesidad de implementar actuaciones que fomenten el desarrollo de la familia sostenible, “y más en estos tiempos de crisis económica”, insiste Trueba. Desde esta perspectiva se entiende el alcance de los certificados que han obtenido esos seis municipios españoles, una acreditación que recibirán el próximo jueves en un acto que tendrá lugar en el Ministerio de Sanidad y Política Social y son el colofón a 15 meses de trabajo.
En este tiempo, las corporaciones se han centrado en el diagnóstico de las necesidades de sus habitantes, en establecer unos objetivos y en el diseño e implantación de planes destinados a facilitar la integración de todos los ciudadanos y a mejorar su calidad de vida. Ese trabajo ha sido auditado por compañías externas a los ayuntamientos y finalmente Aenor ha certificado esa labor.
El director de la Fundación Másfamilia asegura que otras ciudades ya están trabajando para conseguir esta certificación y confía en que el modelo se exportará fuera de nuestras fronteras, porque “la sostenibilidad familiar no es una idelología, sino un derecho de las personas”.
Acceso a La iniciativa efr: http://www.certificadoefr.org/
Acceso a Informes del Instituto de Política Familiar: http://www.ipfe.org/documentacion.htm