Aprovechar el mediodía para relajarse es la mejor forma de reanudar la jornada con energía. La siesta se puede practicar también fuera de casa: una camilla, una silla ergonómica, un masaje... Barcelona ofrece ya algunos lugares donde echársela.

Marta trabaja en una tienda en el centro de Barcelona. Al mediodía tiene dos horas y media de descanso, que aprovecha para comer y para hacer alguna compra. Vive a casi una hora en metro y no tiene tiempo ni ganas de ir a casa. Así que no le queda más remedio que comer en algún restaurante y buscar alguna actividad para llenar las dos horas y media. Hace poco ha descubierto la posibilidad de descansar en un lugar tranquilo y comenzar la tarde con más energía y menos cansada. Hace la siesta fuera de casa.

Y es que la siesta - que proviene del latín sixta,que significa la sexta hora del día- está considerada por muchos expertos como de oro por su gran valor para la salud. Según Francesc Segarra, psicólogo clínico y coordinador de la Clínica del Son Estivill, la siesta tiene un papel muy importante en la "restauración tanto a nivel físico como cognitivo". Explica que el sistema nervioso central tiene una bajada fisiológica que provoca un aumento de la somnolencia entre las dos y las cuatro de la tarde. Además, se junta con la somnolencia pospandrial (la posterior a las comidas), lo que hace que una siesta a estas horas sea ideal para mantener el rendimiento anímico a lo largo de la tarde.

El tiempo ideal de la siesta es de veinte minutos. "Es importante no hacerla demasiado larga ni demasiado tarde para que no interfiera en el sueño de la noche", añade Francesc Segarra. Esta duración hace que el sueño no sea demasiado profundo y permite cargar pilas sin tener después la sensación de embotamiento típica de las largas siestas, en parte por caer en un sueño profundo y despertar en medio de esta fase. Los primeros cinco minutos de la siesta sirven para relajarse, los diez siguientes para dormir y los cinco últimos para despertarse. "Tener el hábito de hacer una siesta corta cada día sería muy recomendable", añade Segarra. Y es que los beneficios son muchos: aumenta el rendimiento, combate el estrés y provoca una sensación de bienestar.

También es importante saber cuándo echar la siesta. Para muchas personas, resulta muy efectivo descansar un momento antes de alguna cita, conversación, encuentro o examen importante. Es suficiente con aislarse unos minutos, cerrar los ojos, respirar profundamente y visualizar que la situación se resuelve de forma positiva. La de veinte minutos se recomienda hacer tras una comida excesiva, para favorecer la digestión y reponer fuerzas antes de reemprender la actividad, en momentos de presión laboral y de exceso de trabajo que impidan concentrarse o para compensar la falta de sueño nocturno.

Ya hay algunas empresas que han incorporado unas salas tipo lounge para que los empleados trabajen en mejores condiciones por la tarde, pero, para los que todavía no disponen de este servicio, la ciudad ofrece algunas opciones - pocas todavía- en diversas ubicaciones.

Una de las últimas en añadirse a la lista ha sido Mailuna, un espacio para la relajación en el barrio del Raval. Su propuesta es más que sabrosa: se puede venir a comer, hacerse un masaje y echar una siesta por 15 euros. "La gente venía a hacerse un masaje al mediodía y luego nos pedía un rato para dormir. Así que decidimos hacer una oferta conjunta de comida, tratamiento y siesta", explica la brasileña Cristiana Lefevre, dueña del local. Hace tan sólo un par de meses que se ha puesto en marcha esta idea y está siendo todo un éxito, sobre todo entre el público femenino. "Cuando la gente se cuida, se siente mejor", añade. En Mailuna hay una sala especial para la siesta. Está equipada con colchonetas tipo futón y ambientada con luz de vela y música relajante. Más de uno les pide que cuando pase el tiempo acordado le despierten.

Otra de las opciones y la pionera en la ciudad es la que ofrece Masajes a Mil. En sus centros hay unas salas con sillas especiales donde uno reposa el cuerpo y lo tapan con una manta. Se trata de una silla ergonómica donde, al sentarse, la persona adopta la postura fetal. "La frente, el mentón y los antebrazos se apoyan en diversas partes y las piernas se flexionan". Se trata, según la responsable del centro de la calle Mallorca, Alicia Otero, de la posición más cómoda para descargar la espalda. "Antes de que se duerman, les hacemos un masaje en la cabeza y en las cervicales para favorecer el sueño". Esta postura se recomienda siempre que el tiempo sea inferior a 30 minutos. Si es superior, se recomienda estirarse en una camilla. "Treinta minutos es el tiempo justo para volver a arrancar con energía, es como si hiciésemos un reset.Más ya no es recomendable porque el metabolismo se para y luego cuesta más arrancar", sostiene Otero. Masajes a Mil hace ya diez años que recibe a personas que quieren dormir un ratito al mediodía y Otero explica que es una tendencia más invernal y que algunos utilizan también para relajarse antes de coger un avión.

Por último, y para los que trabajen en la zona alta de la ciudad, el O Wellness de Pedralbes dispone 2 de un espacio con tumbonas especiales para dormir un rato. Se halla en la zona de aguas del centro y está ambientado con música tranquila; también hay los periódicos del día para quien quiera consultarlos. "Viene mucha gente que trabaja cerca en oficinas y así se relajan y desconectan", explica José María Marcos, director de la compañía en Catalunya. Aquí también hay un solárium, para los que quieran añadir unos rayos de sol al descanso.

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