Woke (“despierto” en inglés) es un término originario de EE. UU. que se utiliza para etiquetar a movimientos políticos progresistas como, por ejemplo, todos los relacionados con la defensa de la diversidad. Con el tiempo, algunos sectores conservadores lo han empezado a usar como insulto, también en contra de muchas empresas. Fast Company propone 5 posibles respuestas cuando a alguien le molesten nuestras opiniones o actividades supuestamente woke.

En Heritage Explains, un podcast producido por la conservadora Heritage Foundation, su presentador Tim Doescher definió el “despertar” en los negocios de esta manera:

“Esta tendencia hacia el corporativismo o el wokeness corporativo se está volviendo cada vez más popular en toda la América empresarial. Las corporaciones se están convirtiendo voluntariamente en brazos políticos activos para las causas de la izquierda. ¿Por qué? ¿Qué pasó con esas marcas históricas que permanecían neutrales, dejando que la calidad de sus productos hablaran por ellas en el mercado y dejando que los políticos se ocuparan de la política?”

Como quizá conozcas, los activistas por la justicia social hacia la comunidad afroamericana hicieron que el término Woke se convirtiera en viral en la década de 2010. Originalmente se refería a alguien que estaba alerta ante los prejuicios raciales y la discriminación, algo que nos parece inequívocamente bueno.

Pero, desde entonces, el término se ha convertido en una airada acusación que personas y organizaciones de derechas lanzan contra personas o marcas que animan públicamente a causas e ideas progresistas.

Según ellos, si tú o tu empresa apoyáis la igualdad LGBTQ+, sois woke. ¿Tomar medidas para reducir vuestro impacto en el clima? Woke. ¿Seguir una enérgica política de diversidad en la contratación? Woke. ¿Escribir o tuitear sobre tu oposición personal a cosas como la legislación antiinmigración o las leyes que dificultan que la gente pueda votar? Sí, ya lo tienes. Woke se ha convertido en un término peyorativo de uso múltiple para cualquiera que piense que tú o tu empresa no deberíais saliros de vuestro carril.

Para nosotros esto es un problema. De forma más o menos encubierta, como grupo tendemos a apoyar ideas y movimientos que favorecen la justicia social, la igualdad, la diversidad y la responsabilidad medioambiental. Entonces, ya seas un freelance, un profesional individual o dirijas una empresa pequeña o grande, ser etiquetado como woke puede ser inevitable y quizá deberías llevarlo con orgullo. El problema es que esa etiqueta también puede costarte oportunidades y dañar tu marca si personas de ideología más conservadora comienzan a percibir tus posturas como políticas y les ofenden.

¿Deberías defenderte? ¿Puedes defenderte? Con algunos acusadores, los que buscan pelea, la respuesta es obviamente no. Pero en otros casos, ¿de qué modo tú mismo como individuo, como representante de una empresa o como propietario/fundador, responderías a las acusaciones de ser woke sin perder la calma, sin meterte en una pelea o sin parecer que comprometes tus valores fundamentales?

Para empezar, sugerimos evitar la tentación de fruncir el ceño. Tan molesto como te puede resultar a ti que preocupaciones legítimas sobre la equidad o la desigualdad económica sean despachadas como algo woke, les resultará también a algunas personas que se toman el tema muy en serio. Muéstrate desdeñoso y puedes despedirte de cualquier posibilidad de un diálogo con sentido.

Más allá de eso, hay cinco estrategias para contrarrestar a alguien (cliente, inversor, proveedor o incluso empleador potencial) que use la palabra woke como un insulto.

ABANDONAR LA OPORTUNIDAD DE NEGOCIO O DE CARRERA

Nosotros hemos podido lidiar con la bomba de relojería porque muchos otros inconformistas parecen programados para adoptar una postura dura contra cualquiera que cuestione nuestro compromiso con los ideales progresistas. Pero esta puede no resultar una estrategia aconsejable para ti. En primer lugar, tal vez no puedas darte el lujo de señalar el camino de salida a un determinado cliente, o realmente necesitas un trabajo o encargo para llegar a fin de mes. El signo de la virtud a menudo pasa a un segundo plano frente a la necesidad económica práctica.

Pero igualmente importante, ¿quieres reaccionar ante la provocación de otra persona con hostilidad instintiva hacia ti? Nosotros somos provocadores por naturaleza, pero eso también significa que no deberíamos permitirnos ser alterados por el comportamiento provocativo de los demás. Siempre vale la pena sentarse y tener una discusión racional sobre lo que alguien encuentra objetable y por qué.

Dicho esto, hay momentos en que la mejor acción es cortar por lo sano. Si un cliente o espónsor tiene un problema grave con, por ejemplo, el intenso compromiso de tu empresa con ayudar a las personas sin hogar, entonces tal vez sea mejor no optar a ese negocio. Rechazar las relaciones anti-woke no solo puede fortalecer tu marca, sino también reafirmar tu compromiso personal u organizacional con unos valores y una cultura.

USAR LA LÓGICA

Algunas personas tienen dificultades para separar lo personal de lo profesional. Por ejemplo, si trabajas por cuenta propia, podrías tener un cliente al que le encante tu trabajo, pero que se oponga a tu participación en eventos del Black Lives Matter. En ese caso, un enfoque razonable podría ser preguntarle a tu cliente si puede separar tu competencia profesional de tu activismo y creencias. “Mientras mis puntos de vista personales no afecten a la calidad del trabajo que hago para ti, ¿hay alguna razón por la que no podamos estar de acuerdo en estar en desacuerdo y seguir trabajando juntos?”

Es una pregunta justa y, aunque algunas personas opten por no hacer negocios con otras personas o empresas que apoyen causas a las que se oponen, esa es probablemente la mejor manera de preservar las relaciones profesionales. Si la otra parte no puede ver más allá de sus quejas personales, entonces el suyo puede ser un negocio que no desees.

Por cierto, si crees que es contrario a la ley para un empleador haberte despedido o rechazado por tus creencias políticas, mejor piénsalo otra vez. En muchos casos, es perfectamente legal, porque los votantes no son una clase protegida. Sin embargo, sí estás protegido por la ley si eres una persona negra, indígena o de color, LGBTQ+, o si formas parte de un grupo similar.

USA LOS NÚMEROS

¿Te ha ayudado tener un enfoque hacia causas e ideas progresistas a contratar a mejores personas, a hacer nuevos contactos fantásticos o a ser más productivo? Si es así, comparte los datos con las personas que usan la palabra woke como insulto, explícales que, independientemente de lo que puedan pensar sobre tu compromiso con los problemas sociales o medioambientales, eres mejor en lo que haces, proporcionas un mayor valor, tienes una marca bien considerada, etc. Al igual que con el planteamiento anterior de la lógica, si la estrategia basada en hechos no convence a alguien de que sigues siendo un buen proveedor, socio o lo que sea, entonces probablemente estés tratando con alguien que es demasiado emocional para encajar bien de cualquier manera.

MANTENER INVISIBLE TU PROGRESISMO

Esta podría ser una concesión demasiado grande para algunas personas y empresas que se consideren inconformistas, pero si estás en desacuerdo con un cliente que no puedes permitirte perder, podría salvar la situación. No vas a abandonar tus creencias o valores, pero puedes prometerte mantenerlos en silencio. No más publicaciones en las redes sociales sobre tus actividades o donaciones. No más historias en la prensa local. No más videos en YouTube. Tendrás así tu woke fuera del radar y mantendrás la paz.

Si la idea de hacer algo así te causa acidez de estómago, a nosotros nos pasa lo mismo. Odiamos la idea de tener que seguir haciendo el bien en secreto porque irrite a ciertas personas. Pero, de nuevo, a veces la necesidad económica supera las creencias. Si mantener a un cliente importante significa que puedes seguir empleando a cinco agentes de ventas que de otro modo no estarían, podría hacer que valga la pena borrar determinadas fotos del Instagram de tu empresa.

RECUPERAR LA DEFINICIÓN

Esta es la estrategia más difícil de ejecutar, pero también llega con la mayor recompensa potencial. Básicamente, sería defender tu carácter woke e insistir en que llamarte con ese apelativo no es un insulto porque estás orgulloso y comprometido con las causas y las personas a las que apoyas... justo del mismo modo que la persona que está al otro lado de la mesa. Esta puede ser una táctica efectiva, porque así tratas de encontrar puntos en común entre dos partes preocupadas apasionadamente por mejorar el mundo, incluso si se tienen puntos de vista distintos sobre aquello que es "mejor".

En ningún momento sugerimos eliminar las actividades que te han otorgado esta etiqueta. Y nunca lo haremos, porque ser fiel a lo que te importa es fundamental para tu marca personal y corporativa. En última instancia, si deseas seguir siendo quién eres, es posible que debas cerrar la puerta a algunas relaciones con clientes, socios e inversores o elegir no solicitar o aceptar un trabajo. Pero esas son decisiones difíciles de tomar y estas cinco respuestas te brindan algunas opciones antes de que te veas obligado a presionar el botón de eyección.

Sunny Bonnell y Ashleigh Hansberger son Fundadores de Motto y los autores de Rare Breed: A Guide to Success for the Defiant, Dangerous, and Different.


Bonnell, Sunny y Hansberger, Ashleigh. “5 ways to respond when someone calls you or your company ‘woke’”. Fast Company, 21/02/2023 (Artículo consultado online el 23/02/2023).

Acceso a la noticia: https://www.fastcompany.com/90852415/5-ways-to-respond-when-someone-calls-you-or-your-company-woke

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