Sobre la mesa de la recuperación post-Covid está la oportunidad de generar un modelo económico alineado con la sostenibilidad, eficiente y muy, muy digitalizado. Lo difícil de crear nuevas industrias y servicios está no sólo en la reconversión de las existentes sino, sobre todo, en la recualificación de los profesionales que las sostienen. El reciclaje también atañe a las personas y mientras el Gobierno se decide, las empresas actúan.
Según estimaciones de la OCDE, es probable que más de 1.000 millones de puestos de trabajo (casi un tercio de todos los puestos de trabajo en todo el mundo) se transformen en la próxima década. El covid19 ha acelerado esta tendencia y lo ha convertido en una realidad difícil de ignorar: digitalizarse ya no es una ventaja competitiva, es una cuestión de supervivencia.
La tecnología está transformando de un modo disruptivo nuestras vidas. Netflix, Amazon, Cabify y The PowerMBA han cambiado la manera en la vemos películas, compramos, nos desplazamos y estudiamos. Y a la vez que ocurre todo eso, y como consecuencia de esta nueva realidad, el trabajo está cambiando a un ritmo exponencial.
Publicado en el número 158 de la revista, de julio de 2020.