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Laws Banning After-Hours Email Won’t Fix Our 24/7 Work Culture [Leyes que prohíban el e-mail después del trabajo no solucionarán nuestra cultura laboral de 24 horas al día, 7 días a la semana]

Según Fast Company, la propuesta de la ciudad de Nueva York de una ley de “Derecho a la Desconexión” fuera del horario laboral siguiendo el modelo francés, no es lo único que se necesita para restaurar un equilibrio entre trabajo y vida. Según la revista norteamericana, para recuperar tiempo es preciso cambiar también nuestra forma de trabajar.

El mes pasado, el Concejal de Brooklyn, Rafael Espinal, propuso una nueva ley que podría declarar ilegal que las empresas de la ciudad de Nueva York exijan a sus empleados que revisen sus correos electrónicos fuera del horario oficial de trabajo. Si se aprueba, la Ley de Derecho de Desconexión convertiría a la ciudad de Nueva York en la primera ciudad de EEUU en prohibir a las empresas privadas que puedan pedir a los trabajadores que estén disponibles fuera de horario. Notablemente, una legislación similar ya ha sido aprobada en Francia

Por un lado, doy la bienvenida a la iniciativa de Espinal. Como declaró en una entrevista: "Creo que, debido a la tecnología, las líneas que marcan el principio y el fin de la jornada laboral se han difuminado y hay empleadores que se aprovechan de tal hecho.” Tiene razón, las líneas se han diluido. Estamos trabajando más que nunca y, en algunos casos, las empresas explotan su capacidad de hacerse con el tiempo de los empleados, incluso cuando están en la privacidad de sus hogares haciendo la cena o tratando de que sus hijos se vayan a dormir.

También estoy de acuerdo con el espíritu de la iniciativa de Espinal. Él dice que quiere que los trabajadores puedan "descomprimirse, reducir la ansiedad y ser capaces de rendir mejor cuando vayan a trabajar al día siguiente.” ¿Pero la desconexión solo se puede lograr a través de la legislación? ¿Aprobar esta legislación es una buena idea?

Como psicólogo que ha pasado la mayor parte de la pasada década escribiendo sobre el impacto de vivir en un mundo sobreconectado, he pensado mucho sobre el tema que Espinal quiere abordar. En mi primer libro, Rewired (“Reconectado”), demostré cómo nuestro sobrecargado y digitalmente distraído mundo estaba erosionando lentamente nuestra capacidad de concentración y, lo que es peor, reescribiendo nuestros cerebros. En mi libro más reciente, Create more flow (“Crear  más flujo”), volví al mismo problema para ofrecer estrategias potentes y factibles de desconexión. Esta es exactamente la razón por la que creo que la legislación por sí sola no funcionará cuando hablamos de regular las comunicaciones relacionadas con el trabajo fuera de horario.

Para comenzar a desconectar estratégicamente y a recuperar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, no es necesario promulgar leyes - debemos tomar las riendas.

PASO 1: APARTARSE DE LA GESTIÓN DE CRISIS

Antes de Internet o incluso de los faxes, teníamos que pensar en el futuro y establecer expectativas realistas con respecto al tiempo. Cuando iba a la escuela de posgrado, tenía un profesor que en la puerta de su despacho tenía colgado un letrero que decía: "Tu procrastinación no es mi problema.” Era un recordatorio no muy gentil para todos de que no debíamos esperar que trabajara según nuestros horarios. Más de dos décadas después, mucha gente hoy en día espera una capacidad de respuesta de 24 horas al día 7 días a la semana. Si no podemos llegar a un cliente o empleado por correo electrónico, le enviamos un mensaje de texto o incluso los llamamos por teléfono. ¿Pero realmente necesitamos estar en modo de crisis todo el tiempo?

PASO 2: REINVERTIR EN HABILIDADES INTERPERSONALES

Existió una época en la que llamar a las personas después de las 9 de la noche generalmente estaba muy mal visto, a menos que fuera una emergencia. Hoy, este decoro ha sido arrojado por la ventana (o al menos reducido a mensajes de texto). "Perdona por molestarte, ¿pero podrías...?" En el proceso, muchas personas se han permitido estar disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana y ni siquiera son conscientes de haber tomado tal decisión de manera activa.

Da un paso atrás y piensa en cómo ser más considerado en tus comunicaciones. Si eres un manager, recuerda que permites aquello que promueves. Si bombardeas a los empleados con mensajes de texto en todo momento del día, promocionarás una cultura en la que siempre se esperará que te comuniques. Si está en el lado receptor, piensa en cómo y en cuándo responder. Si la solicitud no es urgente y decides responder, básicamente estarás dando permiso para futuras solicitudes fuera de la jornada de trabajo.

PASO 3: SER DISCIPLINADO

La realidad es que cuando tratamos de responder a todo en todo momento, comenzamos a hacer concesiones. Nuestra comunicación no es tan deliberada, precisa o impactante. Pararse y pensar en lo que realmente se quiere comunicar (incluso cuestionar si se debe enviar mensaje alguno) es un buen punto de partida. Eso, por supuesto, requiere disciplina: la disciplina para comunicarse con una intención y hacerlo de manera consistente.

PASO 4: REPENSAR EL ENTORNO DE TRABAJO

Una ventaja de la legislación propuesta por Espinal es que las empresas no pueden suponer que las personas trabajarán muchas horas simplemente porque se les ha pedido que lo hagan. Ello, a su vez, puede impulsar a las empresas a evaluar qué está funcionando y qué no. Las organizaciones deberán reconocer que el tiempo de trabajo realmente es finito; solamente hay un número limitado de horas en un día y de días en una semana. Para abordarlo, las empresas deben considerar si la mayor distracción y la menor productividad valen la pena en un espacio de oficina abierto. Con un tiempo limitado, ¿cómo podrían los líderes y los equipos reconsiderar las reuniones para que tengan mayor impacto y sean más efectivas? El truco no está en usar cada hora de la jornada de trabajo, sino en optimizar el tiempo que pasamos trabajando para poder hacer más en menos tiempo.

El resultado final: la legislación es una solución temporal que distrae de la necesidad de que las personas desarrollen la disciplina y las habilidades necesarias para desconectarse en un mundo cada vez más conectado.


Preston, Camille. "Laws Banning After-Hours Email Won’t Fix Our 24/7 Work Culture". Fast Company, 17/04/2018 (Artículo consultado online el 22/04/2018).

Acceso a la noticia: https://www.fastcompany.com/40559486/laws-banning-after-hours-email-wont-fix-our-24-7-work-culture

 

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El mes pasado, el Concejal de Brooklyn, Rafael Espinal, propuso una nueva ley que podría declarar ilegal que las empresas de la ciudad de Nueva York exijan a sus empleados que revisen sus correos electrónicos fuera del horario oficial de trabajo. Si se aprueba, la Ley de Derecho de Desconexión convertiría a la ciudad de Nueva York en la primera ciudad de EEUU en prohibir a las empresas privadas que puedan pedir a los trabajadores que estén disponibles fuera de horario. Notablemente, una legislación similar ya ha sido aprobada en Francia

Por un lado, doy la bienvenida a la iniciativa de Espinal. Como declaró en una entrevista: "Creo que, debido a la tecnología, las líneas que marcan el principio y el fin de la jornada laboral se han difuminado y hay empleadores que se aprovechan de tal hecho.” Tiene razón, las líneas se han diluido. Estamos trabajando más que nunca y, en algunos casos, las empresas explotan su capacidad de hacerse con el tiempo de los empleados, incluso cuando están en la privacidad de sus hogares haciendo la cena o tratando de que sus hijos se vayan a dormir.

También estoy de acuerdo con el espíritu de la iniciativa de Espinal. Él dice que quiere que los trabajadores puedan "descomprimirse, reducir la ansiedad y ser capaces de rendir mejor cuando vayan a trabajar al día siguiente.” ¿Pero la desconexión solo se puede lograr a través de la legislación? ¿Aprobar esta legislación es una buena idea?

Como psicólogo que ha pasado la mayor parte de la pasada década escribiendo sobre el impacto de vivir en un mundo sobreconectado, he pensado mucho sobre el tema que Espinal quiere abordar. En mi primer libro, Rewired (“Reconectado”), demostré cómo nuestro sobrecargado y digitalmente distraído mundo estaba erosionando lentamente nuestra capacidad de concentración y, lo que es peor, reescribiendo nuestros cerebros. En mi libro más reciente, Create more flow (“Crear  más flujo”), volví al mismo problema para ofrecer estrategias potentes y factibles de desconexión. Esta es exactamente la razón por la que creo que la legislación por sí sola no funcionará cuando hablamos de regular las comunicaciones relacionadas con el trabajo fuera de horario.

Para comenzar a desconectar estratégicamente y a recuperar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, no es necesario promulgar leyes - debemos tomar las riendas.

PASO 1: APARTARSE DE LA GESTIÓN DE CRISIS

Antes de Internet o incluso de los faxes, teníamos que pensar en el futuro y establecer expectativas realistas con respecto al tiempo. Cuando iba a la escuela de posgrado, tenía un profesor que en la puerta de su despacho tenía colgado un letrero que decía: "Tu procrastinación no es mi problema.” Era un recordatorio no muy gentil para todos de que no debíamos esperar que trabajara según nuestros horarios. Más de dos décadas después, mucha gente hoy en día espera una capacidad de respuesta de 24 horas al día 7 días a la semana. Si no podemos llegar a un cliente o empleado por correo electrónico, le enviamos un mensaje de texto o incluso los llamamos por teléfono. ¿Pero realmente necesitamos estar en modo de crisis todo el tiempo?

PASO 2: REINVERTIR EN HABILIDADES INTERPERSONALES

Existió una época en la que llamar a las personas después de las 9 de la noche generalmente estaba muy mal visto, a menos que fuera una emergencia. Hoy, este decoro ha sido arrojado por la ventana (o al menos reducido a mensajes de texto). "Perdona por molestarte, ¿pero podrías...?" En el proceso, muchas personas se han permitido estar disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana y ni siquiera son conscientes de haber tomado tal decisión de manera activa.

Da un paso atrás y piensa en cómo ser más considerado en tus comunicaciones. Si eres un manager, recuerda que permites aquello que promueves. Si bombardeas a los empleados con mensajes de texto en todo momento del día, promocionarás una cultura en la que siempre se esperará que te comuniques. Si está en el lado receptor, piensa en cómo y en cuándo responder. Si la solicitud no es urgente y decides responder, básicamente estarás dando permiso para futuras solicitudes fuera de la jornada de trabajo.

PASO 3: SER DISCIPLINADO

La realidad es que cuando tratamos de responder a todo en todo momento, comenzamos a hacer concesiones. Nuestra comunicación no es tan deliberada, precisa o impactante. Pararse y pensar en lo que realmente se quiere comunicar (incluso cuestionar si se debe enviar mensaje alguno) es un buen punto de partida. Eso, por supuesto, requiere disciplina: la disciplina para comunicarse con una intención y hacerlo de manera consistente.

PASO 4: REPENSAR EL ENTORNO DE TRABAJO

Una ventaja de la legislación propuesta por Espinal es que las empresas no pueden suponer que las personas trabajarán muchas horas simplemente porque se les ha pedido que lo hagan. Ello, a su vez, puede impulsar a las empresas a evaluar qué está funcionando y qué no. Las organizaciones deberán reconocer que el tiempo de trabajo realmente es finito; solamente hay un número limitado de horas en un día y de días en una semana. Para abordarlo, las empresas deben considerar si la mayor distracción y la menor productividad valen la pena en un espacio de oficina abierto. Con un tiempo limitado, ¿cómo podrían los líderes y los equipos reconsiderar las reuniones para que tengan mayor impacto y sean más efectivas? El truco no está en usar cada hora de la jornada de trabajo, sino en optimizar el tiempo que pasamos trabajando para poder hacer más en menos tiempo.

El resultado final: la legislación es una solución temporal que distrae de la necesidad de que las personas desarrollen la disciplina y las habilidades necesarias para desconectarse en un mundo cada vez más conectado.


Preston, Camille. "Laws Banning After-Hours Email Won’t Fix Our 24/7 Work Culture". Fast Company, 17/04/2018 (Artículo consultado online el 22/04/2018).

Acceso a la noticia: https://www.fastcompany.com/40559486/laws-banning-after-hours-email-wont-fix-our-24-7-work-culture

 

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