Tomàs Llompart (Barcelona, 1968) recibe a la Fundació Factor Humà en la sede de Suara Cooperativa, situada en un edificio de oficinas de un barrio de Barcelona lleno de edificios de oficinas. Su organización es una empresa: con despachos, con empleados; un negocio que busca rendimiento económico. Pero, al mismo tiempo, también es una cooperativa que tiene la economía solidaria -para muchos, un oxímoron- y la ausencia de ánimo de lucro como banderas.
Llompart comenzó en el mundo de la economía social por casualidad, pero asegura que se ha acabado convirtiendo en una opción de la que se siente orgulloso. Asimismo, como Jefe del Área de Desarrollo de Servicio, reconoce los retos, también en Recursos Humanos: "La gestión de personas es un tema clave en cualquier área, en cualquier lugar donde hay un equipo".
Pregunta: Más de 30 años de historia, un volumen de negocio que supera los 75 millones de euros, unos 3.000 profesionales y 40.000 personas atendidas en Cataluña en 2016. ¿Qué no pueden explicar las cifras?
Respuesta: La gran profesionalidad y el entusiasmo del colectivo que trabaja para hacerlo posible. Los campos social y educativo no son de los mejor valorados. En el trabajo con personas, desde los niños y niñas a la gente mayor, cada día hay un montón de pequeñas historias, de pequeños actos, de sonrisas y de agradecimientos que las cifras no reflejan.
P: ¿Por qué crees que no se valora?
R: El sector social suele tener unos horarios complicados y, al mismo tiempo, le falta fuerza de negociación en los convenios y en los entornos laborales. La sanidad y la educación son sectores que también piden más reconocimiento.
P: La Presidenta de Suara Cooperativa, Montserrat Pujol, afirmó en una entrevista en Via Empresa que "lo que identifica a las cooperativas es la democracia". ¿Qué más identifica a una empresa de servicios de atención a las personas como la vuestra?
R: Desde hace unos años, también intentamos empoderar a las personas de nuestros equipos para que, si una decisión puede tomarse en un nivel determinado, no sea necesario llevarla más arriba.
Tanto la participación como la toma de decisiones son más democráticas que en las empresas mercantiles. Es intrínseco a nuestra naturaleza. Hay otros tipos de organizaciones que también lo hacen, pero nuestra forma jurídica, ser una cooperativa, nos lo facilita. Por ejemplo, cada persona suma un voto y decide en asamblea las grandes líneas de actuación.
P: ¿Cuáles son tus funciones como Director del Área de Desarrollo de Servicio?
R: Dirijo un área que lidera y trabaja de forma conjunta con otras áreas de la cooperativa en el diseño de las diferentes oportunidades de negocio: licitaciones, nuevos encargos, nuevos modelos de negocio o nuevos proyectos, por ejemplo. Ofrece apoyo en temas de calidad, marketing, comunicación y aspectos técnicos a los servicios, o centros, de Suara.
P: Gran parte de tu carrera profesional la has desarrollado en Suara Cooperativa, una organización de economía social. ¿Fue una opción o el aprovechamiento de una oportunidad?
R: Estoy en Suara desde 1991, así que prácticamente he desarrollado aquí toda mi carrera profesional. Fue una casualidad, estaba estudiando y surgió la oportunidad de trabajar como educador social en uno de los servicios. En ese momento, podría haber ido a parar a cualquier empresa, pero terminé aquí y, con el tiempo, se ha convertido en una opción. Para mí es muy importante cómo hacemos la búsqueda de nuevos negocios y cómo establecemos mecanismos democráticos de participación.
P: En algunas de tus intervenciones públicas has afirmado que el sistema educativo olvida los valores de la economía social.
R: Cada vez están más presentes. Nuestra sociedad enseña a los más pequeños a compartir: en el parque, con los juguetes; en las escuelas, con el material. Se fomenta la colaboración. Pero empezamos a trabajar y el verbo compartir se convierte en competir. Entre estas dos palabras solo hay dos letras de diferencia, pero son antónimas.
P: Si tuvieras que elegir una cualidad de líder para una organización como la tuya, ¿cuál sería?
R: Una cualidad de liderazgo en una organización matricial como la nuestra, que trabaja por proyectos y de forma colaborativa, es la generosidad: la voluntad de liderazgo compartido con los compañeros y las compañeras en función de cada proyecto, de cada momento. Dicho liderazgo es independiente de la posición orgánica que ocupes en la empresa.
P: Las cooperativas Escola Sant Gervasi, Suara y Abacus crearon en 2015 una cooperativa de segundo grado para impulsar "un modelo de escuela propio y de calidad" que consiga "resultados de éxito a escala académica y humana". ¿Se trata de dar un paso más allá en la misión de transformar la sociedad?
R: Hay que poder trasladar los valores que nos ofrece el cooperativismo a otros ámbitos de nuestra sociedad. Parece antagónico, pero puede funcionar. Nos dimos cuenta de que cuando se incorporaba gente a Suara, teníamos que hacer un acompañamiento para que los recién llegados se acostumbraran a trabajar con nuestra lógica, la de las cooperativas, la de la economía social. Las escuelas nos brindan la oportunidad de trabajar nuestros valores con otras personas desde que son pequeñas. Que los futuros profesionales colaboren y defiendan ideas democráticas en las empresas donde terminen trabajando, sean o no cooperativas.
P: ¿En qué punto se encuentra este proyecto?
R: Estamos consolidando la puesta en marcha de la primera escuela y trabajando para la incorporación de otras al proyecto. Queremos construir un modelo educativo inspirado en los valores cooperativos que se anticipe a los retos de futuro y dé una respuesta centrada en las personas. Valores como la innovación, el emprendimiento, la transformación, la participación y la cooperación son clave.
P: En junio recibisteis uno de los reconocimientos CoopCat 2017, otorgados por la Confederació de Cooperatives de Catalunya, por vuestra preocupación por tener un "empleo de calidad". ¿Cómo fomentáis los valores cooperativos del empleo de calidad en el día a día de la organización?
R: La participación es esencial en la vida de las personas. Si participas, te implicas y te sientes cerca. Para nosotros, además, dicha participación debe traducirse en poder de decisión. Nuestro modelo facilita que como socia o socio acabes decidiendo. En 2015 redactamos el nuevo plan estratégico. En él participaron más de mil personas: socias, trabajadoras y otras personas vinculadas. Disponemos de un gran número de medidas para acercar los valores a nuestro día a día. Aplicamos políticas de conciliación, de equidad y de participación. Por ejemplo, tenemos un equipo de participación societaria con el encargo de dinamizar y garantizar dicha participación.
P: ¿Y en otros ámbitos de la gestión de personas?
R: La fórmula jurídica es una ventaja con respecto a otras organizaciones mercantiles, como en el caso del crecimiento de los profesionales. El Consejo Rector lo eligen todas las personas socias. Hay mecanismos democráticos de funcionamiento intrínsecos a nuestro modelo. Otras organizaciones hacen esfuerzos pero tienen algunas barreras para democratizar el poder: necesitan una fuerte convicción, un plus que las cooperativas de entrada no necesitamos. Lo llevamos en el ADN.
P: Siempre pido a los entrevistados que hagan una pregunta para la siguiente persona que pasará por la sección. En este caso, Àngels Paredes quería que te preguntara qué crees que debería cambiar Recursos Humanos en las organizaciones.
R: Hace dos años, cuando llevaba la Dirección de Personas de Suara, siempre me presentaba de la misma manera: decía que era uno de los 200 directores de personas. La gente se sorprendía, pero era y es cierto: quien lleva un equipo, en el fondo es un director o directora de personas. La gestión de personas es un tema clave en cualquier área, en cualquier lugar donde hay un equipo. Si lo extrapolásemos, daríamos un paso adelante. Así como hay cursos de contabilidad para no financieros, debería haber cursos de dirección y de liderazgo para personas que nunca han ejercido ciertos cargos.
P: ¿Cuáles crees que son los principales retos de la sociedad en cuanto a la conciliación?
R: Hay un paso previo a la conciliación y que yo defiendo siempre: deberíamos ser tan felices como pudiéramos en el trabajo. Puede parecer idílico, pero si después de siete u ocho horas te vas a casa con rabia, cansado o enfadado con tu jefe o con tus compañeros, acabará afectando a tu vida personal. Deberíamos disfrutar en el trabajo.
Luego, claro, hay iniciativas que facilitan que podamos conciliar estas dos esferas, algunas de las cuales impulsamos: la reducción de la jornada, la flexibilidad en la hora de entrada y de salida o la reducción del tiempo de comida. También es cierto que no podemos aplicar las mismas medidas para todos. A los 20, a los 30 y a los 50 años necesita cosas diferentes. También, si tienes familia o no. Debemos analizar el entorno y presentar medidas. Si las estandarizamos, beneficiaremos a algunas personas pero perjudicaremos a otras.
En nuestro caso, además, muchos de nuestros servicios, como las guarderías o la atención a las personas mayores, se ofrecen para que otras personas puedan conciliar. Y eso dificulta la conciliación de nuestros trabajadores, aunque se pueden hacer cosas. Un ejemplo: incorporar a gente de diferentes religiones nos ahorra problemas para cubrir los días de Navidad. Hay que ser imaginativo.
P. ¿Qué papel juega el trabajo que hacéis en red con plataformas como Cooperatives de Treball de Catalunya, Aposta, Taula del Tercer Sector, Confederació de Cooperatives de Catalunya, Associació Economia Social de Catalunya o Xarxa d’Economia Solidària?
R: Hay organizaciones con más de 20 años de historia. La intercooperación también ha sido clave. Lo que mejor conozco, la Confederació de Cooperatives, ha ayudado a empresarializarnos, a poder colaborar con otras cooperativas. Suara es un ejemplo ya que es fruto de una fusión de tres cooperativas en un primer momento y la incorporación de una cuarta a posteriori. Cuando hablo de empresarializarnos no me refiero solo a temas formativos, sino a la gestión, a la incorporación cuando nadie la mencionaba, a la Responsabilidad Social Empresarial... Todo ello nos hace más fuertes.
P: Desde 2013, Suara forma parte del Patronato de la Fundació Factor Humà. Tú eres Vicepresidente desde finales de 2015. ¿Qué dimensiones de la Fundació has conocido fruto de esta mayor vinculación?
R: Conoces mucho mejor el día a día: qué se hace en cada uno de los espacios, qué pide el socio, el Plan Estratégico... Participar en el Patronato te puede hacer cambiar la visión de una empresa o, por ejemplo, sobre temas de conciliación y de integración de personas con dificultades. En resumen, te ayuda a humanizar las relaciones en el trabajo y a hacer empresas más humanas.
"Hemos dado un paso adelante con nuestra misión de influir en la sociedad"
Hoy en día, la Fundació Factor Humà cuenta con dos herramientas muy importantes: el Manifiesto Factor Humà, que es una declaración de principios que avalamos como entidad; y el Barómetro del Factor Humano, que se fundamenta en los principios del Manifiesto, con el que hemos dado un paso adelante en nuestra misión de influir en la sociedad. Las organizaciones que utilicen el Barómetro pueden profundizar en él según cuál sea su voluntad y sus necesidades. Queremos que las organizaciones miren hacia dentro y reflexionen. Les permitirá compararse con empresas del mismo sector o de otros. Pero queremos que sea, sobre todo, una herramienta de mejora. Yo creo que acabará modificando la estructura de los departamentos de gestión de personas y se convertirá en el plan estratégico de los departamentos de Recursos Humanos.
P: Entrevisté a Manel del Castillo, Director Gerente del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, y me dijo que es importante preguntar a las personas para qué están donde están. ¿Para qué estás en la Fundació?
R: Creo firmemente que nuestro modelo de participación puede ayudar a otras empresas. Cuando explico que todo el mundo tiene el mismo poder, que cada persona tiene un voto, nadie se lo cree. Podemos aportar la democratización y los mecanismos de participación propios de una cooperativa. Otra manera de hacer empresa es posible.
P: Cuando la Presidenta de la Fundació, Juliana Vilert (FGC), asumió su cargo, firmasteis un escrito, junto con el otro Vicepresidente, José Miguel de la Dehesa (UOC), donde hacíais patente vuestra voluntad de reforzar "la vocación de ser una entidad con ánimo de influencia en la sociedad". Los tres trabajáis en organizaciones muy diferentes. ¿Qué crees que aporta cada uno para conseguir dicho reto?
R: Trabajamos en organizaciones diferentes y nuestra trayectoria profesional también lo es. Venimos del mundo cooperativo, del sector público y del sector privado, con dimensiones variadas. Compartimos nuestras visiones con un amplio bagaje que hemos consolidado a lo largo de los años con esfuerzo, cada uno en su sector. Y compartimos los retos futuros. Es bastante representativo del momento de la Fundació.
P: ¿Qué pregunta te hubiera gustado que te hiciera?
R: Por qué el mundo cooperativo sigue siendo un desconocido en el mundo empresarial. Debemos hacer un esfuerzo por explicarnos, soy consciente de ello. Pero tienen que dejar de vernos como un lugar donde se hace lo que nadie quiere hacer. El cooperativismo no solo es economía a pequeña escala con poco valor añadido. Nosotros tenemos que aprender del mundo mercantil y el mundo mercantil debe conocer mejor nuestras herramientas de gestión.
P: ¿Qué quieres saber de la próxima persona entrevistada?
R: Cómo se imagina la gestión de personas en el futuro.