La crisis provocada por la propagación del virus de la Covid-19 ha producido importantes daños económicos pero también ha tenido y continuará teniendo otras consecuencias. Según apuntan los expertos, el burnout, los traumas psicológicos y los problemas de salud mental se intensificarán en los próximos meses. ¿Qué se puede hacer para hacerles frente?
Los adelantos tecnológicos marcarán la diferencia entre el mundo que conocemos hoy en día y el del futuro. El programa No pot ser! de TV3 nos ayuda a hacernos una idea de los cambios que se pueden producir en las próximas décadas y, recientemente, se adentró en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). En un recorrido por sus instalaciones, el conductor del programa, Jordi Basté, descubrió la parte más humana de uno de los epicentros de la innovación tecnológica a nivel mundial.
La crisis del coronavirus ha hecho que la ciudadanía ponga más en valor la importante labor de las y los profesionales del ámbito sanitario. Pero no son los únicos que realizan un trabajo esencial para garantizar el bienestar de la sociedad. En el programa Planta Baixa de TV3, presentado por Ricard Ustrell, se ponía hace pocos días el foco en otro colectivo: los trabajadores y las trabajadoras de los supermercados, que realizan un trabajo imprescindible para que la sociedad siga funcionando en plena cuarentena.
Todo cambia, a una velocidad cada vez más rápida. Y requiere de nosotros un ajuste, que en ocasiones creemos no vamos a poder asumir... Pero sí que podemos.
“Si se valoran los últimos 50 años en su conjunto, las oportunidades para las mujeres en el ámbito laboral han aumentado. Sin embargo, durante la década pasada, dicho progreso se detuvo”, afirma Sara Sanford, Directora Ejecutiva de Gender Equity Now. Lo cuenta en una conferencia TED, durante la que relata experiencias que demuestran que los hombres, a veces de forma inconsciente, tienden a no valorar algunas propuestas por el simple hecho de que las realizan mujeres.
Esta crisis nos ha permitido testar todo aquello que se venía pidiendo desde hace tiempo: teletrabajo, conciliación, flexibilidad de horarios... Algo tan novedoso y del s.XXI como el salario emocional contiene gran parte de todo esto que hemos hecho estas semanas. Por otro lado, se ha evidenciado una gran empatía en todos aquellos que no querían ir a hospitales para no colapsar el sistema, o aquellos que han ayudado a sus vecinos. Sin darnos cuenta, hemos implementado cantidad de elementos que nos pueden orientar hacia la felicidad en el trabajo.
“En los últimos 2.000 años, el confucianismo, que pone en valor la antigüedad y la autoridad, ha sido dominante en China”, explica en una conferencia TED Fang Ruan, Consultora de Gestión y Colíder del BCG Henderson Institute en China. Ruan lo contrapone al taoísmo, la otra gran escuela del pensamiento del país asiático, que promueve una mayor espontaneidad. En los tiempos actuales, siempre está bien poder saber otras cosas de China que no estén relacionadas con el coronavirus.
No es ninguna novedad decir que gran parte del futuro laboral está en el teletrabajo. Con una economía occidental basada en el sector servicios, la presencia en el puesto de trabajo se hace más que prescindible dadas las posibilidades que nos brinda la tecnología. Y si este proceso estaba cobrando fuerza poco a poco, la actual crisis provocada por el COVID-19 ha hecho que el teletrabajo aparezca a gran velocidad de implantación en nuestra fuerza productiva.