Acometer un proceso de transformación para adaptarse al entorno de cambio permanente en el que viven empresas e instituciones es, sin lugar a dudas, una de las principales prioridades para la gran mayoría de organizaciones. Lo era ya antes de la pandemia y ésta no ha hecho más que acelerarlo, convirtiéndolo en un reto de cuyo éxito depende en muchos casos su propia supervivencia, en un mercado que continúa evolucionando a gran velocidad.

Desarrollar el talento para transformar las organizaciones

La hoja de ruta para generar ventajas competitivas sostenibles será diferente para cada empresa, incorporando iniciativas tan estratégicas como la innovación en la propuesta de valor, la evolución del modelo de negocio o la incorporación de metodologías ágiles en los procesos para ganar eficiencia. Sin embargo, todas ellas compartirán un reto mucho más estratégico que los anteriores: desarrollar el talento de las personas que forman parte de su organización para llevar a buen puerto todo este proceso de transformación. 

Las empresas necesitan preparar a sus equipos para adaptarse al nuevo entorno, para que lideren este cambio y sean capaces de implementarlo con éxito en el complejo momento que viven, para que lleguen donde la tecnología no puede llegar, para que sean creativos y para que gestionen las emociones propias y las de sus equipos.

Invertir en las personas, creando el mindset adecuado en la organización que les motive a seguir desarrollando sus habilidades y conocimientos, se ha convertido hoy más que nunca en un objetivo fundamental de las empresas. Y el impacto no es menor: un 40% de los profesionales necesitarán un plan de reskilling en los próximos años, según el World Economic Forum.

Para que esta inversión sea un éxito, las experiencias de aprendizaje que vivan los profesionales también han de ser transformadoras, lograr en ellos un cambio, generarles pasión para seguir aprendiendo, al constatar que les permite ir superando los retos de negocio a los que se enfrentan en su día a día. 

Lograr este objetivo requiere en primer lugar construir estas experiencias a partir de contenidos útiles y relevantes que aporten valor y diseñarlas con formatos innovadores que los sorprendan, incorporando por ejemplo gamificación o metodologías inmersivas cuando sea oportuno. Y en segundo lugar, dinamizarlas teniendo muy en cuenta el perfil del profesional a quien va dirigida, combinando las metodologías online y presenciales más apropiadas en cada contexto y generando un entorno abierto que permita reflexión, práctica y colaboración. 

Las empresas del futuro son aquellas que llegarán tan lejos como puedan hacerlo los profesionales que las integran. En este sentido, la creación de soluciones de aprendizaje, aprovechando al máximo el potencial que nos ofrece la tecnología, tiene que ser motor de cambio para que este desarrollo del talento se convierta en una realidad y sea capaz de transformar las organizaciones.

 

 

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