Cuando una empresa crea una estrategia de bienestar, se necesita mucho más que un gran plan de beneficios sociales o un gimnasio corporativo. Varios estudios destacan que los trabajadores que están prosperando en las cinco dimensiones del bienestar -trayectoria, social, financiero, comunitario, salud- pierden menos días de trabajo, tienen mayor satisfacción de los clientes, resuelven problemas con mayor facilidad y se adaptan mejor a los cambios.
“Nuestro bienestar resulta de la combinación de la pasión por lo que hacemos cada día, la calidad de nuestras relaciones, la seguridad de nuestras finanzas, nuestra fortaleza física y el orgullo que sentimos por nuestra contribución a la comunidad” (Gallup). Por lo tanto, el bienestar es más que el equilibrio entre la vida personal y laboral. Cuando una empresa crea una estrategia de bienestar, se necesita mucho más que un gran plan de beneficios sociales o un gimnasio corporativo. Cada elemento de la cultura de una empresa debe promover el bienestar de las personas que la conforman, consiguiendo así tener personas con un alto rendimiento sostenido. Cuando la cultura del bienestar está muy ligada con el employer experience y el employer branding de nuestra empresa, se convierte en una experiencia vital. Crear una experiencia del empleado coherente mejora el rendimiento individual, del equipo y del negocio. Por lo tanto, es de vital importancia alinear el propósito de la empresa, con la marca y con la cultura global empresarial.
Gallup y otros estudios actuales destacan que los trabajadores que están prosperando en las cinco dimensiones del bienestar (trayectoria, social, financiero, comunitario, salud) pierden menos días de trabajo, tienen mayor satisfacción de los clientes, resuelven problemas con mayor facilidad y se adaptan a los cambios más rápidamente que aquellos que solo están prosperando en una dimensión.
¿Qué puede hacer la empresa para facilitar el bienestar de sus personas en las 5 dimensiones? Aquí algunos ejemplos:
- Trayectoria: tener claro qué plan de carrera le ofrece la empresa, conocer y formarse con soft skills y hard skills, acceso a formaciones específicas para su lugar de trabajo, etc.
- Financiero: retribuciones flexibles y variables, beneficios sociales, descuentos, planes de jubilación, etc.
- Social: flexibilidad horaria, aumento de días por maternidad, plataformas de reconocimiento y/o recompensas, etc.
- Comunitario: actividades outdoor, acciones solidarias cómo la Trailwalker, aportar conocimientos sobre la especialidad de la empresa a la sociedad, etc.
- Salud: facilitar entornos saludables (comedor, máquinas expendedoras, sala de descanso...), servicios y eventos formativos puntuales o continuos (workshops, PAE...), el portal de bienestar cómo canal de comunicación, etc.
El papel de la dirección en la cultura del bienestar
Los directivos tienen un papel central en la vida profesional y general de sus personas y, a la vez, son los responsables de establecer el ambiente en los entornos de trabajo, ejerciendo el poder de crear o no una cultura de bienestar.
Los directivos son los responsables de crear un entorno que permita a las personas administrar su propio bienestar, no como asesores o planificadores. Deben ser los conductores del bienestar: facilitar experiencias positivas para fomentar el cambio de conductas y mejorar los estilos de vida saludables, las cuales van a impactar directamente en el rendimiento personal y laboral.
Para las empresas de cualquier tipo, tamaño o industria, estos cuatro pilares ofrecen los puntos esenciales para crear una cultura de bienestar que impulse resultados positivos para ambas partes:
- Invitar. El liderazgo de la empresa debe ser saludable, poniendo en equilibrio intereses de los diferentes stakeholders de la empresa (clientes, empleados, proveedores, accionistas, sociedad) y debe defender la importancia de mejorar el bienestar personal cómo recurso para vivir una vida plena. Al establecer una posición de aceptación relativa a acciones que fomenten el bienestar, la empresa empodera a sus personas a incluirlo en su día a día y participar como les parezca, defendiendo su autonomía y su privacidad, al tiempo que promueven un crecimiento sostenible del bienestar personal y organizacional. Una cultura de bienestar se basa en un ambiente abierto y acogedor.
- Proporcionar acciones regularmente. Aunque las personas son las responsables de sus acciones, la responsabilidad de los líderes es invitar a participar de forma regular a actividades y recordar a los empleados la importancia del bienestar. Por esta razón la misión de la empresa es facilitar y ofrecer oportunidades de aprendizaje con actividades que ayuden a mejorar la educación y las habilidades para vivir sus entornos. En ningún caso estos líderes deben convertirse en expertos o asesores de bienestar, sino ser el hilo conductor del bienestar y mejorar la conciencia de los empleados.
- Modelo a seguir. Las personas tienden a seguir los pasos de sus líderes, y si queremos que nuestras personas se conviertan en gestoras de su propio bienestar, es importante que estos líderes puedan tener la oportunidad de inspirar y ejemplificar cómo viven su día a día con bienestar. Por esta razón, los líderes deben ser influencers y modelos a seguir para su equipo, consiguiendo así en muchas ocasiones una mayor participación y compromiso de sus personas. Esto no significa que deban convertirse en triatletas para demostrar su pleno compromiso con el bienestar. Más bien, los líderes deben mostrar y compartir de una forma auténtica sus buenas prácticas de bienestar personal, proporcionando ejemplos reales.
- Atención. Los directivos y líderes deben comunicar de forma abierta y transparente el objetivo que tiene la empresa con las iniciativas de bienestar: mejorar la vida de las personas de su organización. Con este fin, los líderes deben comunicar y animar a los empleados a establecer sus propias metas de bienestar y preguntarles sobre su progreso cómo forma de demostrar un interés real. En una cultura de bienestar sólida, los líderes demuestran su compromiso para mejorar las vidas de sus personas cuando trabajan de forma holística la 5 dimensiones del bienestar antes mencionadas.
Los directivos más influyentes del mundo reconocen que afectan al bienestar de los empleados todos los días, para bien o para mal, y tienen la misión de mejorar sus vidas, no solo su desempeño. Mejorar el bienestar tiene un impacto directo en el resto de objetivos empresariales: aumento del compromiso, retención del talento, sentimiento de pertenencia y satisfacción, disminución del absentismo y un mejor clima laboral.
Facilitando el crecimiento personal de los empleados que conforman la organización, un aspecto esencial para conseguir el rendimiento sostenido de nuestros equipos, mejoraremos la relación con los equipos, con los líderes y con la organización. ¡Sentirse bien para liderar mejor! ¡Sentirse bien para trabajar mejor!