Los altos ejecutivos pueden llegar a pasar hasta el 80% de su jornada laboral en reuniones, tanto concertadas como improvisadas, por ejemplo por encuentros casuales en el pasillo. Al final, solo les queda una hora y media para el trabajo en solitario, según un estudio de la Harvard Business School.
Reuniones eternas, correos innecesarios, llamadas inútiles, procrastinación, interrupciones... Son alguno de los factores clave de la pérdida de tiempo. Muchos expertos se afanan por encontrar soluciones que lleven a la eficacia y la productividad total.