Entrevista de la Vanguardia a Mariángeles Nogueras, experta en conciliación familiar: "Los gobiernos deberían tener más en cuenta a la familia, como productora, por así decirlo, de futuros contribuyentes. En cuanto a las empresas, tratar a los empleados que tienen familia con el debido respeto, que sin duda repercutirá en una mayor lealtad hacia la organización."
Mariángeles Nogueras es consultora y dirige O.F.A, una empresa de servicios afincada en Holanda, y con sede en España, especializada en gestión empresarial familiar. Autora de dos libros sobre la combinación trabajo – familia, esta granadina que ha realizo con éxito proyectos tanto para el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales holandés como para la Comunidad Europea, asegura que “hay que organizar la familia como si de una empresa se tratara, solo así se puede descansar y disfrutar del tiempo libre”
¿En qué consiste la conciliación familiar?
Se trata de hacer compatibles (armónicamente compatibles) dos terrenos que no deben excluirse, sino más bien complementarse: trabajo y familia. La sociedad está compuesta tanto de hombres como de mujeres, cuya aportación es necesaria en ambos escenarios.
¿Puede una mujer ser buena madre y a la vez llegar lejos en su carrera profesional?
¡Sin duda! Siempre que no olvide que la familia es otra empresa que necesita organización. Una mujer que trabaja fuera de casa en algo que le gusta, porque quiere, puede ser fácilmente una madre feliz.
¿Y qué pasa con las mujeres que trabajan por obligación en algo que nos les gusta?
Trasmitir de manera natural lo que vive y ve en su trabajo ayuda a la formación de los hijos.
Hay muchas mujeres que no logran esa perfección en ambos campos, padeciendo el llamado síndrome de superwoman.
A la hora de plantearse el trabajar en los dos campos hay que pensar en organizarse y en delegar todo lo posible, que es siempre más de lo que parece. ¡Fuera el perfeccionismo!
Hay que tomar decisiones.
Teniendo en cuenta los distintos periodos de la vida, pues no es lo mismo hacerlo cuando los niños son pequeños que cuando ya tienen doce o quince años.
Trabajo, familia… ¿Queda tiempo para el descanso y el ocio?
No suele quedar, pero es importantísimo sacarlo de donde sea. El descanso en familia y el descanso personal, haciendo cosas que nos satisfacen personalmente, es necesario. Es una cuestión de establecer prioridades.
Las responsabilidades de la casa ¿siguen siendo de la mujer?
Sí. Sigue siendo así porque ella quiere. Porque sigue pensando que nadie sabe hacerlo tan bien como ella. No sabe, o no quiere, delegar…
Mamá perfecta, acaba haciendo toda las tareas de la casa.
Nadie le pide que se ocupe de todo, pero al no dejar espacio, los demás se lo acaban poniendo fácil: ¡que lo haga ella!
¿Es por eso que al hablar de conciliación familiar, se sigue pensando en la mujer?
Sí. Es por su culpa. Habiendo muchas maneras de hacer las cosas, ella sigue pensando que solo están bien como ella las hace.
Aún así, parece que la mujer sigue llevando mejor las riendas de la casa…
No siempre. La poca implicación de los hombres en la familia y en concreto en la casa es una cuestión cultural.
¿Seguimos educando a los hombres para que salgan a la calle a ganar dinero?
Sí. Mientras que a la mujer se le sigue inculcando que lo suyo es, sobre todo, la familia.
Es lo más importante.
Yo pienso así. Pero la familia es lo más importante tanto para el hombre como para la mujer.
¿Y cómo deben compartirse las responsabilidades?
No creo que la solución sea al 50%. Hay que ver cada caso por separado. Decidir quién está en mejores condiciones de ocuparse más de la familia y quién puede aportar la mayor parte de los ingresos familiares. Lo más importante es la comunicación.
Es más fácil conciliar cuando se cuenta con ayuda. Sin embargo no todo el mundo puede permitirse contratar una asistenta.
Claro que cuesta dinero. Pero hay que establecer prioridades y tomar las decisiones pensando que lo más importante es aquello que facilita la paz y la vida en familia. Quedarse sin vacaciones para poder pagar una ayuda, puede ser una gran decisión.
¿En qué medida las empresas se hacen cargo de la vida familiar de sus empleados?
A las empresas les cuesta entender que sus trabajadores son también trabajadores de otra empresa: su familia.
¿Qué mejoras considera que se podrían implementar?
Por un lado, los gobiernos deberían tener más en cuenta a la familia, como productora, por así decirlo, de futuros contribuyentes. En cuanto a las empresas, tratar a los empleados que tienen familia con el debido respeto, que sin duda repercutirá en una mayor lealtad hacia la organización. Por último, es importante que todos aprendamos a llevar la casa, la familia de una manera profesional, con la organización que se merece, para que esta no sea un obstáculo a la hora de combinarla con un trabajo fuera de la casa.
¿Cree que en caso de separación, la custodia compartida beneficia a la mujer en el aspecto profesional?
La separación no beneficia a nadie y menos a los niños. Desgraciadamente gran parte de las separaciones tienen mucho que ver con este tema. Hay poca comunicación, cada uno va a lo suyo y al final el otro acaba convirtiéndose en “mi peor enemigo, pues no me deja desarrollar profesionalmente”.
El interés personal por encima del familiar.
Se ha perdido de vista el fin colectivo de la familia. Cualquier empresa que funcione así, se va a pique. Y la familia debe ser gestionada como tal.
¿Podría plantear una situación familiar ideal?
Una familia en la que la hay comunicación entre los dos cónyuges; cada uno sabe lo que al otro le ocupa y a dónde quiere llegar, se buscan soluciones que tengan en cuenta el fin colectivo de la empresa familia, en la que se organiza, se delega y se saca tiempo para pasarlo muy bien juntos.