Hace un par de años, David Meyer, director del Brain, Cognitive Cognition and Action Laboratory de la Universidad de Michigan aseguraba en el New York Times que las "interrupciones constantes" que provocan el correo electrónico, la mensajería instantánea, las llamadas de móvil o los SMS repercutían de forma negativa en nuestra habilidad para procesar información.
Eric Horvitz, responsable de investigación de Microsoft, le dio la razón argumentando, gráficas en mano, que los trabajadores que consultaban el mail cada dos por tres tardaban una media de 15 minutos en volver a concentrarse en su tarea.
Dos años después, con Facebook y Twitter asaltando la pantalla cada tres por tres, Clifford Nass, de la Universidad de Stanford, se plantea qué le pasa a la gente que hace "multitasking" permanente, para llegar a una conclusión parecida a la de Meyer. A saber: que hacer varias cosas a la vez no es productivo. Por aquello de que no se presta verdadera atención a nada y se acaba haciendo todo mal.
Y lo afirma con un trabajo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences y después de haber seleccionado entre 262 estudiantes a los 22 que decían combinar más tareas y a los 19 que afirmaban no ceder a las interrupciones digitales para hacerles unos tests definitivos.
Por supuesto, las pruebas requerían concentrarse en una única tarea, como recordar la orientación de figuras geométricas, categorizar una serie de palabras o identificar letras en una pantalla, lo que según Nass muestra la habilidad para ignorar información irrelevante, para organizarse o para cambiar de una labor a otra.
Los estudiantes inmunes a las interrupciones digitales ganaron la partida. A partir de ahí, la pregunta del millón es si fue antes el huevo o la gallina. O sea, saber si la gente que tiene predisposición al "multitasking" también la tiene a desconcentrarse de por sí, o si es el "multitasking" el que alimenta esta característica. Nass confiesa no tenerlo claro, aunque sus colegas ya están pensando en usar técnicas más sofisticadas para estudiar el fenómeno.
Mientras, en la Universidad de Melbourne (Australia), Brent Cocker se deja interrumpir gustosamente por Facebook, Twitter y las webs que le apetece consultar porque, según su propio estudio, la navegación ociosa por Internet "ayuda a ajustar la concentración" y permite que la productividad aumente hasta un 9% siempre que no supere el 20% del tiempo de trabajo.
Que cada cual saque sus propias conclusiones, mientras lee Tweets y mensajes...
Acceso a Brain, Cognition, and Action Laboratory: http://www.umich.edu/~bcalab/personnel.html
Acceso a página de Eric Horvitz: http://research.microsoft.com/en-us/um/people/horvitz/
Acceso a página de Clifford Nass: http://www.stanford.edu/~nass/
Acceso a estudio 'Freedom to surf: workers more productive if allowed to use the internet for leisure ', de The University of Mel http://uninews.unimelb.edu.au/news/5750/