La deslocalización de los empleados y la creciente demanda de flexilidad laboral por parte de los profesionales impulsará el teletrabajo, según un informe.

La deslocalización de los empleados y la creciente demanda de flexilidad laboral por parte de los profesionales impulsará el teletrabajo, según un informe de Deloitte.

Esther García, jefa comercial de Tandberg, empresa noruega que ofrece soluciones de videoconferencia, tiene un hijo de once meses y desde hace año y medio trabaja desde su domicilio. "Esta tecnología me ha permitido mantener el contacto con la oficina sin apenas salir de casa", explica. Otras compañías, como Alcatel, también facilitan a su plantilla la posibilidad de teletrabajar dos o tres veces por semana y por necesidades o preferencias puntuales. Estas dos empresas son sólo la punta del iceberg de una modalidad laboral por la que optarán 41 millones de personas, al menos un vez a la semana, en 2010, según un estudio de Deloitte. En el mismo, la consultora ha tenido en cuenta la aportación de cinco mil miembros de su plantilla en todo el mundo –expertos en tecnologías, socios, directores y jefes–, y encuestas a clientes de empresas de tecnologías, a directivos de industrias y a analistas financieros.

Para Ángel López, gerente del área de consultoría de recursos humanos de Deloitte, la proliferación del teletrabajo está ligada tanto a la deslocalización de la plantilla como a la creciente demanda de flexiblidad laboral: "Los empleados quieren ajustar las obligaciones extraprofesionales a su jornada. Hoy, la única manera de conseguirlo es a través del teletrabajo". López señala que el gran reto del departamento de recursos humanos ante esta forma de trabajo que no requiere la presencia física, es cómo medir la aportación de cada profesional. "Uno de los métodos para conseguirlo es a través de objetivos individuales, que debe establecer el jefe. En este sentido, se tenderá a la descentralización de la función de gestión de personas desde el departamento de recursos humanos, siendo responsabilidad de los mandos que tienen a su cargo un equipo". Esta situación obligará a los teletrabajadores a ser más estrictos en la realización de su actividad, "pero no tiene por qué ir en detrimento ni de la calidad ni de la cantidad de funciones que exija el puesto", dice López.

Por otra parte, señala entre los efectos de esta modalidad laboral "la ampliación de los servicios de protección informática y la creación de un área específica dentro de recursos humanos destinada a la gestión de los teletrabajadores". Estima López que tampoco se dejará de lado el tema de la prevención de riesgos laborales de estos profesionales: "De hecho ya existen áreas específicas que más allá de cuestiones tecnológicas se preocupan porque el espacio de trabajo en el domicilio cumpla con las normativas mínimas que exige la ley".

En cuatro años...

  • El PC será la principal herramienta de trabajo: habrá más de 150 millones de ordenadores en Occidente y más de 566 millones en los países en vías de desarrollo.
  • La capacidad de utilizar bien las aplicaciones informáticas será un requisito indispensable para casi cualquier puesto.
  • La automatización reducirá el tedio en el trabajo, aumentará la productividad y mejorará el servicio al cliente.
  • Aumentarán los efectos de falta de protección informática, lo que también sucederá con las llamadas telefónicas.

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