Cambios horarios como el de la madrugada del pasado día 29 de octubre, dan lugar a una serie de alteraciones neurológicas y biológicas. Entre los grupos más susceptibles al cambio, los médicos mencionan a los trabajadores con jornada partida.

Cambios horarios como el establecido la pasada madrugada, cuando los relojes se atrasaron 60 minutos, dan lugar a una serie de alteraciones neurológicas y biológicas, según el consultor de Neurología en el Hospital San Camilo y profesor de Neurología de la Universidad Complutense de Madrid, Eduardo Varela de Seijas. Para conseguir que el impacto sea el menor, el experto aconseja "entrar poco a poco en el nuevo horario" y fijar las horas del comienzo del sueño de forma "escalonada, no a una hora justa".

En opinión de Varela, que no hace distinción por edades, hay grupos que son más susceptibles ante estas rupturas biológicas. En ese sentido, menciona el caso de aquel enfermo que "muestra predisposición a tener fases depresivas, que tiene dolores de cabeza, jaquecas o migrañas". También precisa que "el paciente con jaqueca o migraña tiene con más facilidad dolores de cabeza" después una ruptura "del ritmo biológico", principal consecuencia del cambio de hora.

En cuanto a los grupos que son más susceptibles a tener modificaciones y alteraciones biológicas, el doctor menciona a "los trabajadores que tienen jornadas partidas", puesto que "ese ritmo equivoca al ritmo biológico y da lugar a alteraciones psicológicas y neurológicas". Por otro lado, indica que las personas que trabajan de noche y llevan ya un tiempo prolongado son menos susceptibles a sufrir este tipo de alteraciones.

ABSENTISMO LABORAL

El doctor Varela se cuestiona si en estas situaciones de cambio de hora los estudios económicos que van en favor de la modificación horaria "se tienen en cuenta lo que supone también de horas de trabajo perdidas". Y menciona, por ejemplo, "al enfermo con migraña que inmediatamente --del cambio horario-- tiene un absentismo laboral porque se agudizan sus migrañas o el paciente con una enfermedad inmunológica en la cual también puede producirse una alteración" como consecuencia de la modificación horaria.

Así, además de tener en cuenta los factores económicos derivados del consumo energético a la hora de hacer estos cambios en el reloj, Varela considera que habría que tener en cuenta "los factores de salud y en qué momento existe más absentismo debido a esa ruptura de los ritmos".

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