Un total de 2,3 millones de trabajadores extranjeros llegaron a España entre el 2000 y el 2006. Este fenómeno, aunque supone una competencia, favorece a la población autóctona por la "complementariedad de tareas" e, indirectamente, por los efectos que provoca en la demanda de empleo y los niveles de precios.
"Si estos nuevos empleados tuvieran las mismas características que los trabajadores medios españoles la cifra ascendería hasta los 0,7 puntos", dice el estudio. No obstante, prosigue, los inmigrantes son más jóvenes y con un nivel educativo inferior, por lo que el efecto real es menor.
El trabajo de la entidad de ahorro apunta que, en principio, la inmigración presionaría a la baja los salarios. Sin embargo, solo afecta a los empleados con formación y nivel de experiencia similar al de los inmigrantes e incluso es positivo para los salarios de trabajadores "con características totalmente distintas a las de los recién llegados".
Acceso a página web de "la Caixa" donde puedes descargar el informe: http://www.lacaixa.comunicacions.com/se/ieimon.php?idioma=esp&llibre=200610