Los sindicatos tratan de adaptarse al rápido cambio que están experimentando las empresas españolas. Esto ha llevado a un proceso de integración entre las federaciones, que hasta ahora se organizaban utilizando criterios muy similares a los que emplean las empresas privadas en sus fusiones.
En concreto, Comisiones Obreras (CC. OO.) está a punto de fusionar la poderosa federación del metal con la de química. La de servicios públicos se unirá a la de transportes y comunicación, pasando a convertirse en la primera del sindicato. Mientras que Comfía, que es la de banca y ahorro, tiene previsto unirse con comercio, aunque de momento parece estar paralizada.
UGT estudia el proceso para adecuarse a la realidad. El responsable de organización, José Javier Cubillo, afirma que el sindicato ya realizó este proceso reduciendo el número de federaciones a 8 frente a las 12 que aún tiene CC. OO. En su opinión, de cara al futuro lo lógico sería que los dos sindicatos tuvieran la misma composición interna con el fin de facilitar la negociación colectiva que abordan conjuntamente. "Por ejemplo, hasta hace unos años una empresa como Acciona era claramente de la construcción, pero actualmente no sabemos si pertenece a energía por su participación en Endesa, al transporte por Trasmediterránea o a servicios públicos porque gestiona varias concesiones. Esta es la nueva situación a la que tenemos que dar respuesta".
Lo mismo sucede con otras empresas como Agbar, que empezó siendo una compañía de distribución de agua y es propietaria de la aseguradora médica Adeslas. La constructora Ferrovial es propietaria de los aeropuertos británicos (BAA). La constructora Sacyr es accionista de referencia de Repsol. Otra constructora como FCC es líder en servicios de limpieza. La eléctrica Fenosa es accionista de referencia de la tecnológica Indra. Lo mismo sucede en el sector financiero. El ejemplo más visible es La Caixa, que controla el primer holding industrial.
Para Fernando Lezcano, de Comisiones Obreras, la integración de federaciones tiene como objetivo mejorar la eficacia de la actividad sindical. De esta manera, el metal se integrará con químicas bajo la presidencia de Felipe López. Ayer anunció la integración de servicios y administraciones públicas con transportes, que presidirá Miguel Segarra con Enrique Foussol. Será la más numerosa e influyente.
También estaba planteada la integración de Comfía - banca, cajas de ahorro, ETT, etcétera- con comercio y hostelería, que han paralizado las organizaciones provinciales.
Igual que sucede en las integración es empresariales, el factor humano supone un freno, ya que es un proceso de ajuste de recursos humanos. Comisiones tiene 1,1 millones de afiliados y cerca de 118.000 delegados en casi todas las grandes empresas españolas, lo que le convierte en una organización muy compleja.
UGT abordó este proceso en los años ochenta presionada por la crisis económica del sindicato y la urgencia de reducir su estructura. La fusión más importante fue la integración del metal y la construcción, que dirige Fernández Lito y es la de mayor peso con 270.000 cotizantes. Esto le ha dado un peso sobresaliente en la organización. De hecho, si se uniera al transporte se aproximaría a los 300.000 afiliados, convirtiéndose así en un poder fáctico.
Sin embargo, UGT está en un proceso de reflexión sobre la adecuación de su estructura organizativa a la nueva realidad empresarial española. De hecho, este será uno de los principales temas de debate en el congreso de la organización previsto para el 2009.